dimecres, 30 de desembre del 2009

MI DESEO: UN DIEZ DE FELICIDAD PARA TODOS

Pongámonos infantiles y llenemos la página de dibujitos (y de deseos). Para empezar ese es el mío en esencia: un año diez, un año inmejorable desde cualquier punto de vista para todos los que os asomáis al blog y para toda vuestra gente. Mis mejores deseos para todos, pero en especial para los amigos. Los de siempre y los nuevos.
Susana, espejo necesario y que asoma por aquí a menudo. O Ana Rodríguez, maestra y amiga, que como Lina Ódena coge su fusil cada mañana y sale a pegar tiros (pero ella sobrevive, afortunadamente) . Y también la nueva gente a la que leo y que me im(a)porta. Gente nueva y reciente como, por orden de llegada, Sonia siempre fidelísima, José Antonio el inesperado, Rafel el ácrata Duracel, Mariano José redivivo, sorprendente y necesario, Romeu el doble, Mariel la maga, desde su pájaro, Marcos el sensato, Paula la memoriosa, la adorable y sin embargo ácida María Jesús desde Paradela. A ella y a sus cuentos que nos reconcilian con la vida.
No son los únicos pues la nómina se ha ido alargando notable y afortunadamente. Mi querida Emey, siempre afilada; Irene, que es inesperada pero siempre bienvenida; Juliette desde su montaña y su magia; mi querida Isabel, la mejor desalmada que conozco (y la más necesaria); el dios Pan, tan energético, sorprendente y brillante; Laura desde su huerto deseado que nos acoge (qué suerte) y Stalker, buscándose y encontrándonos mientras le encontramos.
Muchos otros han ido llegando. Los estoy conociendo. Conociendo a Quisque y al Fumador de Culturajos, al Hippie viejo, a Carlos en su Tusitala, Nina y su arte, Paco, al que sin embargo conozco desde los lejanos días de la Facultad, poeta excelente constantemente redescubierto. Y a todos los demás, recientes, recién llegados (o ellos aquí o yo allí, en sus blogs... lucen orgullosos todos en el lateral derecho), Lembranza, Menda, Kabila, Raticulina o Maca.
Y a los amigos que no tienen blog y que nunca me escriben porque me prefieren en directo (y yo les preciso más a ellos). Y a la familia toda, tan necesarios (para que luego digan los idiotas que los de izquierdas no somos familiares, con lo que yo me los quiero). Y a ti (nuestros mensajes en nuestro otro blog: la pizarrita de la nevera en la cocina, tantas cosas y tantas ilusiones, vida mía).
Bon any 2010 a tothom!

re

dissabte, 26 de desembre del 2009

GRANS INVENTS (I): CARRO DE LA COMPRA - SILLA

¿Quién no ha llegado en alguna ocasión a su casa exhausto de tanto estirar el carro de la compra? ¿Quién no ha deseado sentarse durante del trayecto para recuperar fuerzas? ¿Quién no se ha encontrado, carro en ristre, con algún vecino/vecina y se ha puesto a charlar con él/ella con el consabido peligro de que el carro se deslizase pendiente abajo?

Esos son ya problemas del pasado. Tendremos un mundo asqueroso e hirviente gracias a Copenhague, como por desgracia me temo que será, pero nadie volverá a cansarse excesivamente por llevar el carro repleto de quilos y más quilos de primeras necesidades. A partir de ahora será posible detenerse a tomar fuerzas. Detenerse para hablar con alguna vecina. Tomar asiento en los semáforos. No lo dude usted más, querida amiga: desde EastRiver - Ingenios creativos sólo pretendemos hacerle la vida más fácil.

re

dimecres, 23 de desembre del 2009

FELIZ NAVIDAD


En mi ciudad existe una feria de belenes muy antigua. Está ligada íntimamente a mi infancia y juventud. En ella venden figuritas, árboles, musgo. Y en unas paradas cercanas puede encontrarse también la artesanía típica de este tipo de ferias (es decir, comprada en los chinos o en mayoristas por lo general). El lugar es bastante agradable: a los pies de la Catedral, rodeándola, protegiéndose de las inclemencias gracias a los gruesos muros. Se la conoce con el nombre de Fira de Santa Llúcia porque empieza el día de Santa Lucía, la patrona de las modistillas. Era justamente el 13 de diciembre el día en que tradicionalmente se iniciaban, antes de la época de los grandes almacenes y de la iluminación callejera, las fiestas navideñas.
No voy cada año pero este año sí fui. Entre mucha gente mirando y comprando podemos ver los emblemáticos tions catalanes (es decir, troncos) y el muérdago, más universal.

Las paradas más emblemáticas y divertidas son las de las figuras del belén. La mayoría, hechas en serie. Pero también muestras de una tradición que se está perdiendo: las figuritas elaboradas y pintadas a mano. Casi un supermercado de figuritas, pero sin esa frialdad, sin ese orden aburrido y sin esa sosez que tienen los supermecados. Aquí todo es más atarragado, callejero, más mediterráneo en definitiva: un verdadero mercado itinerante azotado por el frío y protegido por los gorros de los vendedores y los abrigos de los niños (así me recuerdo a mí mismo, protegido por un grueso abrigo de los de antes).

Las figuritas representan el nacimiento (con el toro y la mula) y los reyes magos. Pero también oficios, costumbres, tradiciones, animales, o el inevitable caganer. Como no hay quien pida un excesivo rigor histórico la cosa resulta más divertida.

He querido traer estas fotos recientes para explicar esta antigua tradición que tanto me pertenece (¡qué enorme ilusión montar el belén en aquellos años infantiles!). Pero también para que a través de ellas pueda llegar de alguna manera el espíritu navideño a mi blog. Cuando era más joven me daba apuro andar deseando feliz navidad al personal. Me resultaba demasiado formal y demasiado burgués. Ahora ya pienso que la rebeldía mejor dejarla para cosas realmente importantes y constructivas. Y porque transmitiendo buenos deseos lo llenamos todo de energías propicias. ¡Bon Nadal, doncs! ¡Felices Navidades, pues!

re

diumenge, 20 de desembre del 2009

GRAFITI (VI): LAS SOMBRAS QUE NOS DEFINEN

Un día, bajando al centro en bus, descubrí esta frase misteriosa. Saqué la cámara y disparé pensando que no había salido nada. Más tarde vi que las sombras habían querido que saliese. Las sombras que nos persiguen o nos definen, o ambas cosas. Luego, en casa, tuve una intuición: la de que no era la primera vez que alguien era definido por la sombra de un grafiti. Así que busqué en mi amigo Google que me confirmó que había más sombras sueltas, siempre con la misma caligrafía. Puede verse aquí , aquí y aquí. El primer enlace nos lleva a un extraño blog colectivo que se dedica a recolectar grafitis de diferentes partes del mundo (un grafiti, en su descontexto, es como una psicofonía sorprendente). Las sombras nos siguen definiendo y mandando. Estamos rodeados.

re

dijous, 17 de desembre del 2009

BUCAREST Y LAS INJURIAS

Durante la primera semana de diciembre murió un viejo político catalán íntegro. Claramente de izquierdas, podía estarse o no de acuerdo con sus planteamientos pero éticamente no era posible detectarle objeciones graves. Se llamaba Jordi Solé Tura y estaba aquejado desde hacía cinco años de la terrible enfermedad del Alzheimer. Su hijo Albert, cámara en ristre, rodó un documental excelente sobre su padre y su enfermedad cruel. Bucarest. La memòria perduda. Un recorrido valiente sobre una trayectoria biográfica en la clandestinidad y en los primeros años de la democracia. Pero ello, política y vida, están al servicio de la memoria que se va fundiendo. Si somos memoria, cuando ésta desaaparece también nosotros nos fundimos. La película acaba convertida en una sorprendente meditación sobre el material humano, el material íntimo del yo, de sus anhelos, sus miedos y sus sueños. Resulta conmovedor, por ejemplo, el momento en que un anciano Jordi lee una carta escrita hace tiempo para su hijo. "Estoy en la cárcel como resultado de la lucha por un mundo mejor para ti y tu generación." La sorpresa se apodera de él. Ha olvidado aquel episodio, ha olvidado que la cárcel y la clandestinidad formaron parte de su vida, lo mismo que la acción política.


El honor de las injurias, un documental de Carlos García-Alix, es un excelente trabajo narrativo sobre la figura de Felipe Sandoval, el doctor Muñiz. Fue un consejo de Emeygriega. El documental sigue el recorrido biográfico de tan emblemático personaje. Felipe Sandoval, luchador anarkista, nació en Madrid a finales del XIX. Pasó por París y por Barcelona, dos ciudades en las cuales se relacionó fundamentalmente con los grupúsculos anarkistas, sobre todo en Barcelona. Iniciará una serie de robos con violencia en Madrid con la finalidad de conseguir recursos para su lucha en favor de un mundo más justo. De esta manera se convirtió en el doctor Muñiz. Durante la República (periodo histórico apasionante detalladamente analizado en el reportaje) fue apresado por un robo violento en el barrio de Malasaña. Al llegar la guerra fue liberado y observó que su lucha clandestina había tomado la calle. Ahí comenzó su periodo más oscuro. Milicianos, checas y quintacolumnistas desfilan por la película. El horror finalmente desatado. Los bombardeos comienzan a asolar la ciudad (curiosamente ninguna bomba cayó sobre el barrio de Salamanca, el verdadero habitáculo de lo que se llamó la quinta columna).

Pero también las luchas intestinas entre los grupos de izquierdas, básicamente comunistas y anarkistas, que atestiguan que la guerra, en sus inicios no fue una lucha por la República sino una revolución que se estancó. Y al final queda el sabor de lo que en una ocasión dijo el gran Cernuda cuando comentaba el papel de los diferentes actores durante la guerra, frase que ya he copiado en alguna otra entrada: "Para mi el levantamiento es responsable no sólo de la muerte de miles de españoles, de la ruina de España y de la venta de su futuro, sino que todos los crímenes y delitos que puedan achacarse a los del lado opuesto fueron indirectamente ocasionados también por los franquistas. El pueblo es ciego y brutal, todos lo saben, por eso no debe dársele ocasión de que se manifieste como tal, ni provocarle." Quedó dicho, pero todos ellos continuaron con sus provocaciones. Afortunadamente nos quedan relatos lúcidos como la película sobre Felipe Sandoval.

re

diumenge, 13 de desembre del 2009

HOMENAJE A DON ANTONIO MACHADO

(Ahora que ha terminado ya la jornada machadiana elimino la introducción a la entrada y me limito a recoger el nombre de los blogs que, además del mío, se han sumado al homenaje. Son los que siguen: El pobrecito hablador del siglo XXI, María Jesús desde Paradela, Ana Rodríguez Fischer , Isabel Martínez desde su cobijo de una desalmada, Emeygriega, El hippie viejo, Culturajos, Susana de El Cajón de los pretextos, Paco, Nina, Viu i llegeix, Club Thorton, Café de Madison, Ciberculturalia, Reflexiones de un izquierdista, Menda, Raticulina, Arobos, El buscador de tusitalas, Recreo de colores, Trovador sin lengua , Los cuentos de la abuela, En un acorde azul, Azul y verde, Kabila, Cosas de Antonio , A viaxe, Meridiana y La antorcha de Kraus.

Mariano José fue quien sintetizó en una frase que me encanta todo este empeño: "Porque sí, sin conmemoraciones, sin aniversarios, por la obra literaria y el legado ético de Antonio Machado"
Pues por todo eso, que no es poco.)

Al principio dudé. ¿De qué Machado hablar? ¿Qué Machado homenajear? Del último Machado, por ejemplo. Si al final va la firma, su dignidad fue la firma. Pensé en hablar de los artículos de La Vanguardia, tan impresionantes. Se puede acceder a ellos desde este enlace. Pero no hablaré de ellos: algunos lo han hecho mejor de lo que sin duda iba a hacerlo yo. Basta con leerlos y sorprenderse de que hoy también algunos reaccionarios puedan reivindicar a Machado, cuando en realidad deberían callarse y dejar que la cara se les fuera cayendo de vergüenza a trozos.
Pensé primero en un poema bastante desconocido que a mí siempre me ha sorprendido. Quien haya leído sus poemas sorianos y se haya emocionado con ellos podrá observar de qué modo la guerra lo trastoca todo, hasta el recuerdo. Se trata de un poema ("El poeta recuerda las tierras de Soria") fechado en 1938, en plena guerra, cuando el poeta había huido ya a tierras de Valencia (meses después llegará a Barcelona) y publicado en Hora de España. El imaginario soriano habitual en Campos se ha contaminado y teñido definitivamente por la inmediatez de la contienda. Aparecen las zancas, las armas, los aviones, Caín o la figura mítica de un moscardón guerrero. Se trata de un soneto que puede leerse aquí.

Un bello poema. Pero ni me parece el mejor ni es el que más me emociona. Así que al final recurrí a uno de mis preferidos: "Al maestro Azorín por su libro Castilla" (qué gran libro Castilla, y qué bonita la prosa mediterránea de Azorín). De este poema finalmente seleccionado me emociona el detalle, la descripción sensible, la aparición del propio poeta, viudo reciente de Leonor y esa intrahistoria castellana descubierta con tesón, sensibilidad y muchos caminos. El final del poema es extraordinario.
"La venta de Cidones está en la carretera
que va de Soria a Burgos. Leonarda, la ventera,
que llaman la Ruipérez, es una viejecita
que aviva el fuego donde borbolla la marmita.

Ruipérez, el ventero, un viejo diminuto
—bajo las cejas grises, dos ojos de hombre astuto—,
contempla silencioso la lumbre del hogar.

Se oye la marmita al fuego borbollar.

Sentado ante una mesa de pino, un caballero
escribe. Cuando moja la pluma en el tintero,
dos ojos tristes lucen en un semblante enjuto.

El caballero es joven, vestido va de luto.

El viento frío azota los chopos del camino.
Se ve pasar de polvo un blanco remolino.

La tarde se va haciendo sombría. El enlutado,
la mano en la mejilla, medita ensimismado.

Cuando el correo llegue, que el caballero aguarda,
la tarde habrá caído sobre la tierra parda
de Soria. Todavía los grises serrijones,
con ruinas de encanares y mellas de aluviones,
las lomas azuladas, las agrias barranqueras,
picotas y colinas, ribazos y laderas
del páramo sombrío por donde cruza el Duero
darán al sol de ocaso su resplandor de acero.

La venta se oscurece. El rojo lar humea.
La mecha de un mohoso candil arde y chispea.

El enlutado tiene clavados en el fuego
los ojos largo rato; se los enjuga luego
con un pañuelo blanco. ¿Por qué le hará llorar
el son de la marmita, el ascua del hogar?

Cerró la noche. Lejos se escucha el traqueteo
y el galopar de un coche que avanza. Es el correo."

re

divendres, 11 de desembre del 2009

MEMÒRIA DE TURANDOT

Des de fa un parell o tres d'anys el Liceu de Barcelona posa en marxa una iniciativa molt interessant: el Liceu a la platja. Una gran pantalla retransmet una òpera o un recital. Cadires de fusta que permeten asseure's, si tens entrada. Entrada gratuïta: cal únicament anar a reservar-les al Centre Cívic de la Barceloneta o al mateix Liceu. Si no tens entrada pots asseure't a la platja i veure l'òpera des de la sorra. La gent s'endú el sopar i l'ampolla de vi: immillorable manera de compartir la música, l'estiu i l'amistat.
El lloc és la platja de Sant Sebastià, a la Barceloneta, on acaba el Passeig Joan de Borbó. El primer any va ser una Norma de Bellini extraordinària, amb la gran Fiorenza Cedolins i la potser encara més gran Sonia Ganassi. L'estiu de 2008 el concert de Josep Carreras (no hi vaig anar). I aquest estiu passat l'obra inacabada de Puccini: Turandot.
L'obra es retransmet amb un parell d'hores de decalatge, no per motius censurables, com passa en els grans espectacles televisius, en què si algú diu alguna cosa inconvenient els dóna temps de tallar. El motiu en aquest cas és que les òperes comencen a les vuit i a l'estiu a aquesta hora encara és de dia, i si no hi ha fosca no es pot veure la pantalla. Aquestes dues hores permeten que els cantants, al final, tinguin temps de traslladar-se des de les Rambles a la Barceloneta per tal de rebre els aplaudiments del públic. S'abaixa el teló i els cantants apareixen al teu costat, com per art de màgia. (Com la soprano basca Ainhoa Arteta que feia de Liu en la representació d'aquest estiu)
Ara que per fi comença el fred i que s'apropen els nadals i tot es converteix en fosc, íntim i casolà recordo les nits d'estiu, exteriors, càlides i en aquest cas, musicals. I la música de fons hauria de ser el Nessum Dorma, és clar, o potser millor la meva ària preferida d'aquesta òpera: Non piangere, Liu, molt menys coneguda. (No hi ha cap versió del Non piangere que em faci el pes a Youtube... així doncs, visca el tòpic i visca Nessun Dorma).


(POR CIERTO, DOMINGO 13 ES EL DÍA DE MACHADO EN LA RED. MARIANO JOSÉ TIENE PUESTO EL MARCADOR)

re

dimecres, 9 de desembre del 2009

BOTIGUES (III): DAMA DE HONOR Y GRACIAS

Alguien se atrevió a tanto; ponerle semejante nombre a una tienda de modas.

re

diumenge, 6 de desembre del 2009

LAS CANCIONES DE MI INFANCIA

Las canciones de mi infancia son las de la tele. "Un globo, dos globos, tres globos", por ejemplo. "La cometa blanca", programa que sustituyó al anterior. O las de los payasos de la tele (cómo olvidar "Hola don Pepito, hola don José" o "En el coche de papá, nos iremos a viajar"). También las del grupo Parchís y las de los anuncios de la tele ("Las muñecas de famosa" o también en Navidad, "Al mundo entero quiero dar, un mensaje de paz"). La gallina "Coco-Uaua", que ya era el colmo de lo naíf. O las sintonías de Los hombres de Harrelson o de Starsky y Hutch. No necesitan explicación ninguna de ellas, tan evidentes resultan y tanta gente las comparte. Pero tengo otras canciones.

A los tres años mis padres me pusieron a estudiar en un colegio de monjas. Era una época en que no había prácticamente colegios públicos en Barcelona, así que los colegios religiosos hacían su agosto. Por una parte pagabas, lo cual a la iglesia le venía muy bien, y por la otra te inculcaban, es decir, te amarraban, lo cual también les venía muy bien.

Cuando ahora veo párvulos que juegan según las normas pedagógicas modernas (normas pedagógicas que tampoco me creo, he de decirlo), párvulos que ni leen ni escriben hasta que están en la primaria, no puedo por menos que pensar en mi clase en las monjas (El ser humano tiende a los extremos. Con lo fácil que sería ni tanto como entonces ni tan poco como algunos proponen hoy). Nosotros, con tres años, comenzábamos cada día con un dictado (en realidad era una copia, pero mucho era comparado con ahora). ¿Juegos pedagógicos? Para nada. Se jugaba a la hora del patio y gracias. El orden era fundamental. La disciplina estricta. Copias, sumas, restas, dibujos, cenefas, manualidades. Nadie se levantaba de la silla. Nada de esquinitas y jueguecitos pedagógicos. La monja nos amenazaba con llevarnos al cuarto donde una muy tremenda rata Camila esperaba para comerse a los niños que se portaban mal. Tal cual. Una rata de bestiario que Sor Coro, la entrañable y querida Sor Coro, le había comprado a un chino (en aquellos lejanos tiempos un chino resultaba todavía algo muy exótico). Y nosotros cantábamos: "Chinito qué vendes tú, que yo te voy a comprar, un par de ratas camilas, para los niños que se portan mal". La canción siempre me pareció de una crueldad atroz. Era como si a los judíos de los campos les obligasen a cantar canciones sobre la edificación de los hornos.

Supongo que junto al Cristo que sí recuerdo en el aula tendríamos también un retrato del dictador. Para enseñarnos a leer venía una monja contrahecha, que era otra crueldad. Coja, con un zapato ortopédico de treinta centímetros, con un bastón y un collarín, era el verdadero terror de los niños. Pobrecita, era encantadora. Madre Amalia, se llamaba. Muy dulce. Adoraba a los niños. Pero los niños arrancaban a llorar y temblar cuando oían su caminar vacilante acercarse por el pasillo. Era un ser de película de terror. Balagueró la hubiera incorporado a su REC.

Sor Coro, que a pesar de su seriedad era una mujer entrañable que se hacía de querer, hacía lo que ella sabía hacer. Cuando un niño se dormía en su sillita, lo ataba con el cinturón de la bata para que no cayera. El espanto del crío al despertar y sentirse atado era descomunal. O cuando ella consideraba que nos habíamos portado mal nos daba una torta. Una señora torta. Con premeditación y alevosía. Primero se quitaba el anillo y nos decía: "Mirad, niños. Me quito el anillo para no hacer tanto daño". El que esperaba la torta comenzaba a temblar y comprendía el significado de la expresión maltrato psicológico. Y una vez tenía el anillo fuera (el anillo de su matrimonio espiritual) te cruzaba la cara con verdadera entrega cristiana. "Me duele más que a vosotros", decía mientras el niño lloraba sin aspavientos.

Puede parecer un contrasentido mi verdadero aprecio hacia Sor Coro. Igual se lo tengo porque, a pesar de su pedagogía, nos quería de veras y eso se notaba. Cantábamos con ella canciones muy taimadas. La de la rata, por ejemplo. U otras: "El uno es un soldado, haciendo la instrucción. Els dos es un patito, que está tomando el sol." Y así hasta el diez. O la más taimada de todas, el himno patriótico que era mi favorito: "Banderita tu eres roja. Banderita tu eres gualda. Llevas sangre, llevas oro en el fondo de tu alma. El día que yo me muera si estoy lejos de mi Patria sólo quiero que me cubran con la Bandera de España." (Luego lo popularizaría Marujita Díaz, pero yo lo canté antes, quede claro). Normal que en Catalunya, con lo que somos los catalanes, pretendieran inculcarnos desde los tres años el amor inmenso a la rojigualda, ni senyeres ni republicanismos. (Ahí la pobre Sor Coro patinó un poco, debo decirlo).

Aquí para quien no la conozca va la primera canción que supe y canté. Tiene tela que un niño de tres años cante con gracejo esta pieza tan incendiaria. Y nótense los redobles del himno nacional justo para terminar. Cantando esto podría perfectamente haber salido facha.


Sigo otro día con la segunda parte, la de mis curas. Pero ya sin canciones que suavicen el entorno: curas a palo seco. Es lo que hubo.

re

divendres, 4 de desembre del 2009

EL TIMO DE LA TELE O LA FICCIÓN DISFRAZADA

Que la televisión es una gran mentira no lo duda nadie. De El Diario de Patricia, donde la gente vende su intimidad por cinco minutos de fama absurda, a una lista casi infinita de programas de realidad aparente. Se rumorea que cuando estos programas de testimonios no encuentran materia prima recurren a actores. Podría ser. El otro día me confirmaron algo que sospechaba: que en un programa de juicios de Telecinco los personajes son efectivamente actores de agencia (si alguien quiere tragarse algún caso, cosa que dudo, que visite la página del programa, De buena ley) . Los responsables no lo esconden (lo hicieron público en la presentación del programa) aunque naturalmente no lo proclaman. Ni media palabra durante la emisión diaria. Lo cual es una forma de engaño. Porque el programa no pasa de ser un teatro pésimo con actores malos bajo la apariencia de realidad. (Recuerdo de qué forma en épocas pretéritas los lectores tomaban por verdad histórica lo que contaban los Libros de Caballerías, aspecto no del todo ficcional en El Quijote. La tele se ha convertido en algo parecido, en una gran ficción disfrazada.)

En estos días se ha hablado mucho en los medios de comunicación españoles del caso de un chico acusado de asesinar a la hija de su pareja. Era inocente. Evidentemente fue crucificado en la plaza pública. Luego se supo que no tenía culpa alguna, que la niña había muerto por un accidente. Actualmente está en tratamiento por la crucifixión pública y por las maneras deliciosas de la policía que, con el fin de que cantara, le mostraron fotos del cadáver de su hija adoptiva. Puede resultar hasta cierto punto inevitable que frente a lo que parece un crimen atroz la sociedad se exalte. Pero que sea la prensa quien lo anime para dar colorido a su crónica es otra cosa muy diferente. Efectivamente, las imágenes de la llegada del chico a comisaria estaban amenizadas por gritos abundantes que lo tildaban de asesino. Luego se supo, porque se escuchó, que el periodista, antes de la llegada del coche del presunto culpable, iba explicando a la gente: "Ahora va a llegar el asesino de la niña. Cuando salga del coche grítenle, insúltenle... ". Y una voz en off femenina le preguntaba: "¿Y qué le decimos?" "Lo que se le ocurra, señora. Asesino, criminal..." Efectivamente, la gente que a menudo tiene poca imaginación repite luego, ya en directo, la retahíla sugerida. En fin...

A otro nivel están los programas de Call TV, programas concurso espantosos que se dedican a engañar. No juegan con los sentimientos: sólo con la pasta. Es indignante, claro, pero tienen su miga. Es una forma casi humorística de observar en lo que se ha convertido la televisión. En la gran mentira oficial. Si son tan chapuceros, qué no harán con inteligencia y sutilmente. Ya sé que a nadie que se pasee por aquí se le ocurriría llamar a uno, pero por si las moscas, aquí van algunas de las estafas más notorias y descaradas de los Call TV.



re