dissabte, 27 de febrer del 2010

EN COMPAÑÍA DE OSOS

Hoy quiero hablar de Grizzly Man (2005), una película tristísima. Se trata de un documental, un género que valoro especialmente. Grizzly Man habla de la vida de Timothy Treadwell, el hombre oso. Si cuento la película, lo que narra la película, contaré otra historia. Porque es verdad que hay narraciones en que lo que más importa son los detalles. Y esta es una de ellas.

Treadwell fue un hombre peculiar.Fue siempre un inadaptado que sintió durante toda la vida verdadera pasión por los feroces osos Grizzly del norte, enormes y peligrosos. Siguiendo esa llamada de la naturaleza, y a la vez huyendo de un entorno hostil, se adentraba durante seis o más meses al año en las costas de Alaska, solo, con una cámara de vídeo e infinitas cintas para rodar un gigantesco documental sobre la vida salvaje de estos animales. A Treadwell, tierno y terrible como la misma realidad que él amaba, un oso se lo comió y de él no quedaron más que unos huesos. Si digo esto estoy contando la historia. Pero si digo esto estoy contando en realidad otra historia pues dejo de lado los detalles.


Porque todo lo que he dicho es verdad, pero aporta una información heroica o épica que no es del todo cierta. Una vez vista la película, construida con infinidad de imágenes rodadas por el propio Treadwell, de él mismo en compañía de sus amigos los osos y de sus amigos los zorros, uno sabe que ha visto otra cosa. Porque lejos de construirse la imagen de un Treadwell heroico aparece la imagen de un joven quizá algo desequilibrado, exagerado, infantil. Un ser que habla con los osos, que habla con la cámara, que registra todo y se registra, que juega a ser reportero de la tele grabando unas imágenes que nadie va a ver jamás. Por eso es triste la película. Porque no hay épica: hay desolación, locura y mucha soledad.

Y sin embargo sentimos simpatía por ese ser tan desvalido, que rueda diariamente un gran reportaje sobre los osos sin sospechar que está rodando una película sobre su propia muerte. Y porque descubrimos sus pequeñas trampas, que él trataba de disimular. El director del documental, que tuvo en su poder todas las imágenes rodadas por Treadwell, vio que en realidad durante los meses que permanecía cada año en compañía de los osos, no estaba solo. Algunas de sus novias le visitaban. Evitaba grabarlas porque nadie debía saber que su soledad no era absoluta. Pero a veces Amy, la misteriosa Amy, que sentía terror por los osos y que por amor pasaba unos meses con su novio y los Grizzlys, se colaba en una esquina de la imagen y él le pedía que se retirara. Sus hipotéticos espectadores no debían saber que, en realidad, no estaba solo. No al menos en esos últimos años en que Amy le acompañó. Porque a Amy también se la comió un oso y tampoco de ella quedaron más que unos huesos dispersos. (Amy y Treadwell aparecen en la foto de abajo.)
Es una historia muy triste porque habla de mundos que no deben mezclarse. El oso hambriento que se comió a Treadwell y a Amy no era culpable de nada: se limitó a alimentarse como hacemos todos. Es una historia triste porque habla de la naturaleza insobornable. Es una historia triste porque habla de una biología que triunfa por encima de la cultura. Pero a la vez es una historia edificante, porque habla también de la necesidad de ser felices, aunque sea de forma radical o de forma inusual.

En la película se evitan los momentos que podrían teñir con morbo la historia que quiere contarse. El director tiene en sus manos la cinta donde puede verse y oírse el horror de los gritos de los enamorados mientras los osos se los comían. No sólo no la añade a la película sino que la elimina. La hermosa canción de Don Edwards, melancólica como la misma película, pone punto y final, mientras observamos a Treadwell encaminándose en compañía de osos río arriba, a la búsqueda de su propia muerte y en definitiva de su propia libertad. Comienza el vídeo con la imagen del conductor del helicóptero cantando junto a Edwads, en la radio, la canción Coyotes mientras nos lleva a la búsqueda de lo que quedó de Treadwell.
(Desde youtube no permiten enlazar, así que si alguien quiere escucharla, cosa que vivamente aconsejo, y de paso ver más imágenes de la película deberá darle aquí para ver el vídeo)

29 comentaris:

Darío ha dit...

Me encantó tu análisis, tanto que voy a ir a verla.
Esto viene al caso junto a la cuestión de la orca que mató una adiestradora. Justamente, un especialista decís el otro día que los animales "no son para divertirse", y ahí yace el problema.
Como decis, "son dos mundos que no deben mezclarse", y el que lo hace debe entender a que riesgos se ajusta.
Como los padres que meten en un departamentito un pitbull y el niño de 2 años. Dos mundos incompatibles.
Un abrazo.

tula ha dit...

El director de la película: Werner Herzog, en mi opinión es uno de los pocos directores comprometidos con Gaia y muy crítico en todos los campos, sigo su filmografía y creo que en este documental dio a entender muy claramente que los animales son como tu bien has explicado otros seres en busca de la comida y que no tenían nada personal contra Timothy, al cual probablemente se le fue la pinza y no controló su relación con los osos, cosa que si han hecho todos los pueblos indígenas
Parece que los humanos en nuestra relación con los otros seres vivos, o nos quedamos cortos o nos pasamos...
Interesante documental sobre el hombre, no sobre los osos y si, es muy triste la condición humana.

Mercedes Pinto ha dit...

Estoy asombrada, ni siquiera sabía que existiese esta película. No cabe duda de que nos has traído una información muy interesante, sobre todo la manera en que nos has contado la vida de este peculiar aventurero. Tal vez el final no fue tan trágico, aunque pueda parecer lo contrario; llevó su pasión por la naturaleza hasta las últimas consecuencias, ya quisieran muchos.
Gracias. Un abrazo.

Madison ha dit...

No he visto el documental Ramón, pero lo que escribes es muy interesante, y realmente merece la pena, así que intentaré verlo

Eastriver ha dit...

Darío, no creo que puedas ir a verla ahora... Como he actualizado luego, se trata de un documental de 2005. Puedes bajarla de internet o alquilarla con un poco de suerte. Coincido contigo en tu análisis, lo de mezclar el pitbull con el bebé. Un abrazo.

Tula, no conozco el trabajo de este director, y desconocía los pormenores de su compromiso. Tu análisis es certero y directo, y muy bien explicado. O nos quedamos cortos o nos pasamos, dices tú, con razón. El respeto, fundamental, no implica romper las barreras. La naturaleza no suele permitirlo. Abrazos.

Mercedes, la pasión hasta las últimas consecuencias tiene siempre ese peligro indudable. De verdad que vale la pena la película. Como dice Tula se trata de un documental sobre el ser humano, no sobre los osos. Un abrazo.

Madison, un gran abrazo para ti también.

Stalker ha dit...

Ay, Ramón, me has roto el eje con esta entrada.

No sólo soy herzogiano desde que tuve conocimiento de este hombre (conozco bien su filmografía, tanto las películas de ficción como sus imprescindibles documentales), sino que esta película, en concreto, esta película te sacude... de una forma muy especial, como sólo él sabe hacerlo.

Herzog es un cineasta que hunde las manos en el cuerpo moribundo y extrae entrañas palpitantes, las interroga como a oráculos y busca descifrar en ellas la dolorosa, ineludible condición humana. Busca los seres que habitan periferias sociales, existenciales, anímicas... allí encuentra el foco desajustado, el desalojo necesario para volcar en él su interrogante y traducir su intemperie. Pocos auscultaron así la herida y conservaron el rostro intacto, a pesar del velo desgarrado...

De Grizzly man no puedo hablar porque en sus imágenes intuyo un misterio que se me escapa. Es todo lo que dices pero hay algo más, una sensación de presencia extraña, quizá la tensión o expectativa generada entre los osos y la mirada de Treadwell, quizá otra cosa. Algo palpable y a veces casi físico.

Tula señala el compromiso de Herzog con Gaia. Sin embargo, ese compromiso está puesto en entredicho en numerosas entrevistas (algunas de las cuales he traducido) y en muchas declaraciones. Herzog considera la naturaleza como un lugar despiadado y no siempre siente compasión por los animales. En algunas ocasiones, se ha burlado incluso de quienes pretenden salvar a las ballenas "y esas cosas raras". No me lo invento: está en "Encuentros en el fin del mundo" (2007), documental sobre la vida el hombre en la Antártida, y en la larga entrevista aparecida en Cahiers du cinéma España hará dos o tres meses. Considera que es más importante salvar a los hombres, su lengua, su patrimonio, antes que a la naturaleza y a sus plantas y animales. Se equivoca completamente, porque la salvación de los últimos es la condición ineludible para la supervivencia de los primeros. (Estas ideas de Herzog me irritan especialmente porque para mí los animales están antes, son la prioridad, pero ésta es una consideración subjetiva del todo improcedente).

Un documental inolvidable,

abrazos

Isabel Martínez Barquero ha dit...

Impresionante ese documental. Ese hombre estaba un poco tocado, quizá como todos los humanos apasionados vivamente con algo o alguien. Supongo que le importaba poco morir si tal cosa le acontecía apurando su pasión.

En cuanto a Herzog, tengo sensaciones ambivalentes. Unas veces me gusta mucho y otras no tanto o casi nada.

Petons.

m.eugènia creus-piqué ha dit...

Sabía la historia y su final, harta y harta de ver todos losdocumentales del National Geographic como buena amante de los animales. Pienso que este chico era feliz entre ellos y que sabía de sobras que iba a morir entre sus garras, ello no le importaba en absoluto, un lobo solitario viviendo entre sus amigos los osos, allí entre ellos encontró la paz personal y la paz del alma, me impactó mucho cuando ví el documental donde decían que había muerto, de hecho era de esperar, no encuentro normal lo que hacía con estos animales salvajes, se confiaba demasiado y así pasó lo que pasó.Una fiera salvaje en estado puro es lo que es.Petonets.

tula ha dit...

Stalquer: para mi el compromiso de Herzog con Gaia viene
dado por su forma de filmar, los lugares y lo que muestra en sus películas, independientemente de su intención, pues esta siempre mostrándonos el lado bello, impresionante en su esplendor y terriblemente solitario y despiadado de la naturaleza. (ésta no entiende de acuerdos o desacuerdos humanos).
Sus películas o documentales muestran nuestro lado oscuro, el mágico y como no el absurdo.
Sus filmaciones de selvas, desiertos, océanos, seres humanos..son siempre en los límites.
Y como tu dices de Grizzly man en su misterio que se escapa así lo veo en todo su cine....estoy viendo el final de Aguirre o la cólera de dios con los monos saltando mientras K.Kinsky con mirada de loco navega río abajo.
Herzog es un personaje extraño, ¿ habéis leído de él "Del caminar sobre hielo"?, os dejo el link

http://incoloro.blogspot.com/2009/05/del-caminar-sobre-hielo-werner-herzog.html

un abrazo.

Isabel Barceló Chico ha dit...

He quedado muy conmovida leyendo este texto tuyo, porque me ha trasladado vivamente toda la desolación de una vida y, además, la percepción de que también en ella hubo instantes felices y, sobre todo, sueños. Bendita Amy que supo amar a un hombre tanto como para seguirlo hasta la muerte. Un abrazo.

Felipe Medina ha dit...

No conocía esta historia ni la película.Lo que se me ha encantado es tu análisis tan bien estructurado.

Saludos

Eastriver ha dit...

Stalker, gracias mil por tus apuntes. Es cierto lo de la tensión entre una mirada y la presencia gigantesca del animal; es cierta también esa sensación de que algo se nos escapa al enfrentarnos a este documental. Entre todos aportáis luces que permiten establecer relaciones narrativas. Y las consideraciones improcedentes a veces son necesarias... ¿sabes que coincidio algo contigo en ese aspecto? Un abrazo.

Isabel, es interesante ver al hombre siguiendo su pasión, lo cual equivale al hombre siguiendo su destino. A pesar de las locuras que a veces rayan lo patolótico. Comparto la ambivalencia.

Geni, es lo de la patología que comentaba a Isabel. En ocasiones es difícil distinguir la frontera entre la locura que nos mueve y la locura patológica. Incluso a veces me pregunto si existe realmente esa frontera. Si es una mera cuestión social que tipifica. Un abrazo.

Tula, gracias por enlace. La tarde de domingo es buen momento para perderse por esas páginas propuestas. Un abrazo, otro abrazo.

Isabel, el personaje de Amy, que apenas aparece en la película, me conmovió enormemente. La idea de alguien que odia a los osos porque los teme pero que a pesar de ello pasa meses en una triste tienda de campaña rodeado de estos animales al lado de la persona que ama fue algo que me golpeó vivamente. Amy casi no aparece en la película, pero su presencia es perceptible. Todos hablan de la locura de Treadwell y nadie de la locura de Amy, seguramente un ser tan desvalido por el propio protagonista. Un abrazo.

Felipe, un abrazo. Celebro haberte dado a conocer una película sorprendente.

mariajesusparadela ha dit...

Me encantaría haber sabido hacer el comentario de Isabel Romana...

Ana Rodríguez Fischer ha dit...

Pues ahora ya no puedo eludirlo, Ramón.
Después de leerte, habré de verlo. Nico lleva insistiendo meses (tenemos el DVD en casa), pero...
Afrontaré la tristeza o la congoja, ahora que estalla la primavera.
Un beso!

Caruano ha dit...

Yo no conozco el documental, aunque sí he visto un puñado de buenas películas de Herzog (Nosferatu, Aguirre, la cólera de Dios, Fitzcarraldo... Y sí, creo que la mirada de Herzog es "diferente", como con menos dioptrías. No me extraña que la cinta de la que nos hablas pueda tener mas de una lectura (o muchas), aunque su última peli "Teniente corrupto" me pareció una copia prescindible, que no aportaba nada nuevo a la cinta de Abel Ferrara.
Me dejas con la curiosidad por ver el documental. Un abrazo.

Dilaida ha dit...

No conozco ni el documental ni la película pero tu análisis me aportó una información muy interesante, me ha gustado la manera como cuentas la vida de este aventurero.
Bicos

Josep ha dit...

Hola Ramon.
Conocia esta historia pero no he visto el documental. Lo que si me hubiese gustado es hacer este comentario tan bien como lo ha hecho
ISABEL ROMANA.


Una abraçada.

ARO ha dit...

He conocido esta película-documental gracias a tu blog. Una historia extraordinaria y apasionante, que intentaré ver en su integridad.

Maripaz ha dit...

Ramon, llégo la ultima...veo en los comentarios muchos cinéfilos. Se aprende mucho, leyendo los comentarios de los demás.

El análisis que haces de ella, es magistral. Pareces un critico de cine.

Sabia de su historia, pero no he visto la pelicula documental. Ahora me ha picado la curiosidad. La buscaré cuanto antes.

Ciberculturalia ha dit...

Leyendo tu entrada realmente es una historia desoladora y triste. No la conocía y espero ver el documental en algún momento.
Un beso

Carlos ha dit...

Me uno al sentir de tan excelente entrada para tan desgarradora película. Espero mirarla pronto para corroborar tus sabias palabras. Un abrazo.

Jose Lorente ha dit...

Buenísima entrada y buenísimos comentarios.

En mi opinión, amar a los osos no tiene nada que ver con servirles de comida, y sí con dejarlos en paz.

La mayor fortuna que pudo ocurrirle a las imágenes filamadas por este entrañable pirado es que fueran a caer en manos de Werner Herzog. Pienso que la reflexión que él hace está muy por encima del posicionamiento vital, absolutamente descentrado, de Timothy Treadwell.

Al leer hoy aquí, he sentido que algo parecido sucede con esta entrada (y vuestros comentarios) en relación con el documental.

Aunque Herzog parece declarar insistentemente que no va a utilizar el recurso fácil del morbo, considero que a lo largo del documental coquetea en exceso con él.

Precisamente, y para quien pueda estar interesado, están haciendo ciclo Herzog en la Filmoteca de la Generalitat de Catalunya.

Un abrazo.

Irene Martín ha dit...

Ay que ver la de locos que andamos sueltos por el mundo.
Pero bendita locura apasionada.
Estamos vivos.
Saludos cordiales, estimado Ramón.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI ha dit...

Vi el documental. ¡Y menudo documento!
A mí sí que se me hace antipático el difunto Treadwell. No lo considero un loco, o un marginado. Es un tipo con toda su conciencia y todo su razocinio intacttos. Hay personas que cuidan mejor del perro que de los ancianos de sus familias.
De cualquier manera, vale la pena verlo porque es muy muy especial todo lo que se cuenta y todo lo que se ve.
¡salud Ramón!

Laura ha dit...

Cada uno de nosotros vemos el documental desde nuestro ángulo, y es curioso porque desde la apreciación de pasión por convivir con los osos y los zorros que perciben algunos a la locura de querer mezclar dos mundos alejados, hay tantos matices como opiniones.

A los osos nunca se les ocurriría ir a vivir a NY.- por ejemplo-

Yo me pregunto ¿ Es tan difícil convivir con respeto en la naturaleza?. No nos tomemos en broma esto,
hemos perdido el sentido del hombre primitivo para adaptarse al entorno y nos comportamos con poca lógica ante la naturaleza y sus comportamientos instintivamente naturales.

Murió como vivió, haciendo el oso.

Besos.

Anònim ha dit...

Esto me deja frio y lleno de escalofríos… No sé si vería la película sabiendo ya ese final. Pero, bueno, el realizo a su manera su sueño…
Sobre tu mensaje en mi blog: son bienvenidos esos comentarios, si gustas puedes escribirme a sp_poemas@yahoo.com

Un fuerte abrazo.

Antonio ha dit...

Interesante historia que no conocía. Al elegir la forma de vida vas eligiendo la muerte...
Son dos mundos paralelos, no convergentes, pero cargados de guiños afectivos y a veces de encuentros violentos.
Un saludo

emeygriega ha dit...

Ramon: tengo mucho para contar de animales, estoy en la zona apropiada.
Dejame regresar y te dare algunas percepciones de tu post y de las muchas cosas que anduve pensando sobre ellos.

Besazo

La Gata Coqueta ha dit...

Termino de regresar de un blog que tenia como estrada el bicentenario del nacimiento de Chopin, con tres vídeos que he escuchado y he llegado hasta aquí soñando aún...

Y con que me encuentro...

Con un día a festejar, primero ir al cine luego a cenar y el reto de disco todo genial...

Pero me encuentro con una película documental más bien toda una realidad, recuerdo el cine también, estábamos en Madris esa semana fue como hace cinco años ya pero fue tal el impacto que no se me olvidó en absoluto, tanto es así que del cine nos fuimos para casa, porque la cena se me iba a sentar mal...

Y mira por donde nada más empezar a leer me digo, no puede ser posible, y sí lo es.

A demás la muerte de la compañera también fue por casualidad ya que pasaba cortos periodos de tiempo con el visitándolo y si mal no recuerdo me parece que ese día o el siguiente ya se iba, ya que el tenia que desplazarse por los cambios climaticos, más o menos.

Y el documental se preparó como tu bien dices con las grabaciones que el había hecho antes e incluso las del momento crucial ya que recuperaron el material.

Un abrazo de sonrisas para compartir.

Marí