Nunca he podido con las procesiones. Veamos, nunca he podido con curas y monjas, la verdad. Naturalmente, a nivel individual de todo hay en todas partes. Gente nobilísima y entregada, verdaderos referentes. Pero siento que son referentes en tanto que seres humanos entregados, más allá de su labor pastoral que no me interesa. Y no me interesa porque toda religión supone una parte de irracionalidad no gozosa sino censora y castrante. Toda religión defiende unos intereses a menudo vergonzantes, y los defiende apelando a menudo a la incultura, al acriticismo, a la ignorancia, al machismo, a la inmovilidad de las clases sociales, incluso cuando las clases han significado muerte y miseria, o a cualquier otra idea que detesto que pueda ocurrírseme.
Muchos me han hablado de la enorme belleza de las procesiones sevillanas. No me apetece nada: no de conocer Sevilla, que me apetece enorme y absolutamente, sino de toparme con una serie de fanáticos que salen entre cantos, desgarros, gritos y lloros. Para mí son excesos, teatralizaciones que se sustentan en un conservadurismo moral acérrimo, una exaltación de lo más primario pero con una voluntad no expansiva. Creo que ahí, entre costaleros y damas enlutadas, me sentiría un verdadero y orgullosísimo extraterrestre. Me ha ocurrido otras veces en algún tipo de exaltación bellísima que según todos pone los pelos de punta: a mí me los pone pero de espanto. Seguramente no todo el mundo que asiste a las procesiones responde al tópico que me he formado, pero me temo que ese tópico abunda. Otra cosa, naturalmente, es que servidor se emocione, y mucho, con las saetas, con el flamenco, con todo lo hermoso y desgarrado que tiene el sur. Siento ese pellizco y siento ese duende. Pero cuando esa belleza está puesta al servicio del atraso y de los curas yo me bajo de una enorme zancada. Entre las cosas que no soporto se alza, descomunal y espantable, una procesión de Semana Santa sea en Sevilla o al lado de casa (en Barcelona hay pocas, gracias a Dios).
dimecres, 31 de març del 2010
A LA CONTRA (VI): PROCESSONS DE SETMANA SANTA
dissabte, 16 de gener del 2010
OBISPOS
En mi entrada anterior explicaba cómo cuando era niño la ficción me ayudó a abstraerme de un entorno hostil y clerical. Ya no soy un niño y no sé si los tebeos podrían ayudarme como entonces pero estoy dispuesto a probarlo. Porque el entorno sigue siendo hostil por los mismos motivos.
Seguramente no me agreden de la misma forma, básicamente porque la edad, junto con muchos inconvenientes, también te da armas. Además ya dije que aprendí a respirar tranquilamente y a no apartar la mirada con miedo. A denunciar y a protegerme. Pero en ocasiones consiguen todavía escandalizarme. Por curado de espantos que se esté siempre hay una apostilla que te pone los pelos como escarpias. Porque puede que sea cierto que hay frases que los periodistas sacan de contexto, pero también es cierto que hay frases que uno quisiera no haber escuchado nunca.El Obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, manifestó hace un par de años refiriéndose a los casos de pedofilia en la Iglesia que "hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan." Los que nos quejábamos del silencio vergonzante de la Iglesia frente a tantos casos de pedofilia comprendimos entonces que, frente a según qué declaraciones, mejor callados.
El Obispo de Granada, Javier Martínez, denunció hace unos meses (a raíz de las polémicas declaraciones del Papa) que el preservativo había sido el culpable de la expansión del SIDA en África. No contento con ello ha vuelto recientemente a la carga afirmando que "matar a un niño indefenso, y que lo haga su propia madre, da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar del cuerpo de la mujer, porque la tragedia se la traga ella". Nadie le cuestiona que no quiera el aborto: es un derecho. Se le cuestiona el fascismo. Llanamente.
El Obispo de San Sebastián, el polémico y peperizado José Ignacio Munilla, promocionado por Rouco (que también suele estar sembrado cuando habla), impuesto desde posiciones tan centralistas en la diócesis de Donostia, ha comenzado inmejorablemente su pastoral. A raíz de la horrible tragedia de Haití ha afirmado que la situación española es infinitamente peor que la de esas 50.000 personas que han muerto o están muriendo enterrados bajo los escombros.Alguien se podrá preguntar qué tienen que ver las imágenes de esta entrada con el tema. Por primera vez desde que tengo el blog digo que nada. La ilustro con imágenes aleatorias y sosegantes, para compensar. No me apetece poner ninguna foto de los tres pájaros de los que he hablado. Primero porque no me apetece. Pero también porque mejor no verlos demasiado, mejor no reconocerlos por si un día (cosa harto improbable) uno se los encuentra en el metro o la parada del bus.
Y pienso finalmente en mi amiga Isabel, que se pregona como una desalmada desde su cobijo aconsejable y necesario. Es una desalmada literaria. Una desalmada sensitiva y sensible. Una desalmada de la literatura, de las palabras y de la expresión artística. Los obispos no. Los obispos son desalmados, pero etimológica y rabiosamente. Con ellos no vale la metáfora. Con ellos la realidad se impone para mostrarnos una de sus caras menos amistosas.
dijous, 9 de juliol del 2009
A LA CONTRA (V): LOS SANFERMINES
La meva ciutat antitaurina s'ha vestit de festa per rebre el gran José Tomàs (no em refereixo ara al sastre del PP, sinó al torero). Bé, per rebre el gran José Tomàs i els seus fans que van venir amb ell. Amb els aficionats de Barcelona hagués fet curt, així que ja se sap que la Monumental s'omple quan ve José Tomàs amb els aficionats. Tots plegats fan una excursió per la causa taurina. Per tal de dissimular, els aficionats de Badajoz i Valladolid porten també una senyera. I d'aquesta manera treuen el seu líder per la porta grossa i diuen que és un geni. No només passa als toros. També els aficionats a l'òpera corren tots des de qualsevol racó cap a Milà per veure la Netrebko. Però al menys en això últim no hi vec cap motivació política.
No m'agraden els toros de la mateixa manera que no m'agrada cap afició folclòrica que es dediqui a martiritzar animals. És per això que sóc antitaurí, perquè hi ha coses que no són com el futbol, que si no t'agrada no les mires, sinó que una certa qüestió moral perviu al seu interior. I en un altre ordre de coses i per un motiu que no té res a veure amb l'anterior, tampoc m'agrada aquesta cosa centralista que tenen els toros i els taurins amb Catalunya (tot i que sé que l'afició als braus és, en orígen, ibèrica).
El tema dels sanfermins hi està emparentat, és clar. Els toros corren pels carrers de Pamplona i després la gent es diverteix moltíssim estirant-los la cua i donant-los cops a la plaça. Penso que potser per evitar disgustos aquests animals hagin estat d'alguna forma tractats, les banyes llimades, en fi, no em dedico a imaginar perversions d'aquest tipus. Per aquest sol fet ja no m'agrada la festa. Però, és clar, n'hi ha més.
Els sanfermins, vistos des de casa meva, és una festa tradicional que es basa en la borratxera sistemàtica, en el botellón indiscriminat, en el crit continuat i la "multitud que vomita" (Lorca, dixit). A més, amb unes carreres matinals davant i darrere dels toros que solen acabar amb algun americà idiota ferit de mort i sent operat per una Seguretat Social que després no té diners per atendre la parella de iaios que s'han d'esperar tres hores a urgències.
Així doncs ja estic disposat a sentenciar. Per exemple, que prohibiria els toros si més no a la meva ciutat, ni que només sigui perquè aquí no hi va gairebé ningú. Per exemple, que no donaria tanta volada a una festa que potencia la borratxera i els hàbits dubtosos. Per exemple, que prohibiria qualsevol espectacle basat en el maltracte als animals, perquè és en coses com el tracte als animals on es veu la qualitat ètica d'una societat. O per exemple i finalment, que faria pagar de la seva butxaca possibles eventualitats sanitàries a tots els que disfruten amb esports de risc tan deliciosos com els sanfermins. Però és clar, jo no mano. Així que tot plegat o ho aconseguim entre tots o no hi haurà res a fer. (Sospito, però, que anem pel bon camí. Tinc el dia optimista).
dijous, 19 de febrer del 2009
A LA CONTRA (IV): LES XIRIGOTES DE CADIZ
No m'agrada gens el Carnaval. És la festa més conservadora del món. És la setmana en què tot està permès amb la condició que la resta de l'any no s'obri la boca. Per si això fos poc, la gent per Carnaval es torna com tonta. Les gràcies que abunden les trobo poca-soltes. Altura zero, ni gota d'ironia, tot és la gràcia cutre, la caspa, l'humor bastot, la perpetuació dels tòpics.
D'entre totes les manifestacions del Carnaval la que més em molesta és, sense cap mena de dubte, les xirigotes de Cádiz, i els xirigoteros. Em semblen, la majoria, un panda de marrulleros masclistes i homòfobs, uns garrulus. Les posades en escena totes semblants: disfressats de dones de la neteja amb motxos i cubells, vestits com nens d'escola, disfressats de monjes i capellans, de negres de l'Àfrica parlant de pateres, de futbolistes i entrenadors. No negaré que alguna xirigota té una mica de gràcia. Del que em queixo no és tant d'alguna rima afortunada sinó de l'esperit xirigotero en general. De revolada he recollit alguns fragments esgarrifosos:
"Hay que ver la Mesalina
vaya una hembra más fina
de una gran habilidad,
que se cargó con su amiga
a las legiones de los romanos
y seguía pidiendo carne empujá."
"Ya no vendemos porritos,
ni grifa ni marihuana,
ahora tenemos un negocio
iuuuuuu, ayyyyy
de chochitos y avellanas."
"Puse la tele un día
cuando volví de entrená en la plaza,
y echaban un programa
de trucos prácticos pa la casa.
Lo mismo te explicaban
una receta pa hacé la berza
que un crema casera
que pone guapa hasta la alcaldesa."
"Me fui directo al libro de naturales
para ver si los turcos
son animales racionales.
Vi que esa gente y los bovinos son iguales,
y me aclaró la duda: son todos animales"
I no segueixo perquè no cal. En qualsevol cas, em molesten tant i em fan tan poca gràcia que no poso ni foto (molt menys un vídeo de youtube).
dijous, 15 de gener del 2009
A LA CONTRA (III): L'OLOR DE LES MANDARINES
Bé, cal precisar. El que realment no m'agrada no és tant l'olor de les mandarines com l'olor de les mandarines a les mans d'algú que n'acava de menjar. Tinc una tieta que ho sintetitza dient que és un olor molt ordinari.
dimecres, 17 de desembre del 2008
A LA CONTRA (II): ELS PASTORETS
Sempre recordaré una vegada que, de petit, em van portar a veure Els pastorets. Era el dia de Sant Esteve. Doncs bé, mai a la meva vida m'he aburrit tant. No em van fer gens de gràcia les gràcies dels pastors protagonistes, l'obra em va semblar eterna i finalment em va molestar especialment tota la cosa aquella tan religiosa i tant missaire.
Aquella jornada vaig confirmar dos aspectes de la meva personalitat. Primera; no m'agrada en absolut cap cosa folclòrica, del tipus que sigui. I segona; encara m'agrada menys la moguda dels capellans.