Una de les visites emblemàtiques de la meva ciutat és el Museu Marès. No hi havia anat mai fins un tarda desvagada del passat estiu. Hi havia alguna cosa que em feia malfiar. Havia visitat, això sí, el pati, tan maco, amb la seva font central, al costat mateix de la Catedral. Sabia també que els terrenys que actualment ocupa l'edifici gòtic del Marès varen ser en èpoques tan pretèrites els jardins privats del Palau Reial dels Comtes de Barcelona (els descendents de Guifré, vaja).
El Museu actual és el regne de l'horror. Sempre m'han provocat un gran desassossec i neguit els museus fruit de les hores desocupades d'un col.leccionista ric, sense més ordre ni sentit que l'acumulació d'objectes diversos. Objectes que fora de tot context semblen sortits d'un malson. Nines, vestits d'època, ventalls, bicicletes antigues, culleretes de plata, marcs de fotos. Sales i més sales dedicades als objectes més diversos. Qualsevol cosa és bona per a ser col.leccionada, està clar. Visitant el Marès està claríssim.
El millor, de lluny, les escultures d'èpoques diverses. Com les verges romàniques. Sempre m'ha impressionat la senzillesa intensa del romànic. O alguna portalada també romànica que, pedra a pedra, va ser en el seu moment traslladada al Museu (la segona foto de sota... Aquesta mena d'espoli m'aclapara des de sempre. Potser sí que és cert que moltes peces s'haguessin perdut però m'agradaria saber quants capellans es van omplir les butxaques). O un pati interior (el de l'altra foto) que, també pedra a pedra, va ser reconstruït dintre del museu (la Via Laietana va travessar-lo i per tal d'evitar-ne la destrucció definitiva van optar, afortunadament, per traslladar-lo... Em pregunto per què Marès, tan aficionat a col.leccionar-ho tot, no va decidir iniciar llavors una col.lecció de patis urbans).La sensació en sortir del Marés és la d'haver contemplat peces realment interessants, però la falta d'un verdader fil conductor (es passa de les verges romàniques al joc de parxís de principis de segle XX, de l'escultura pre-romànica a una col.lecció de rellotges de butxaca) fa que el conjunt no s'apreciï en absolut. El que realment em va sobtar moltíssim van ser els escrits que els visitants deixaven en el llibre de la sortida. Vaig obrir-lo amb curiositat, esperant llegir les crítiques més espantoses (que són les que hagués escrit jo). La sorpresa va ser total. Il più bel museo del mondo, o mais belo lugar mágico, ce musée est un charmant et adorable, cómo mola colega... Només pot haver-hi una explicació: a la gent d'arreu li agrada el caos.
divendres, 28 de maig del 2010
MUSEU MARÈS O EL CAOS A BARCELONA
dimecres, 28 d’abril del 2010
HOSPITAL DE LA SANTA CREU I SANT PAU
El sábado fue un día denso. Denso pero agradable. Hizo un tiempo inmejorable, absolutamente mediterráneo, que invitaba a pasear y a reconciliarse con la vida. Durante la tarde, la actividad fue intensa. Antes de dar nuestro apoyo a Garzón y nuestro homenaje a las víctimas y familiares del franquismo en la plaza Sant Jaume estuvimos en el Hospital de Sant Pau, tan cercano a casa (dos manzanas), pero no afortunadamente por motivos médicos.
El Hospital de Sant Pau (de la Santa Creu i de Sant Pau, para ser exactos) es una entidad antiquísima. Se fundó en el año 1401 y tenía su sede en el actual Raval, en unas imponentes naves góticas que actualmente acogen la Biblioteca de Catalunya. El edificio medieval quedó pequeño y además era poco adecuado para las ideas sobre salubridad que comenzaron a circular a finales del siglo XIX. Por ello en 1902 se encargó al modernista Lluís Domènech i Montaner la construcción de un nuevo hospital en las cercanías del, entonces (y ahora) en construcción, templo de la Sagrada Familia. Domènech i Montaner edificó una serie de pabellones (27 en concreto) que ocupaban nueve manzanas. Entre mucho verde y sosiego se suponía que los enfermos guarecían antes. Respondía a un concepto de la medicina actualmente perdido.
Pero el nuevo hospital también acabó por quedar pequeño. Se ha construido recientemente un nuevo Sant Pau confortable, moderno, tecnológicamente indiscutible, en una zona muy cercana. Mas el nuevo Sant Pau no tiene, obviamente, el encanto del Sant Pau original. Del Sant Pau de los pabellones modernistas.
Aprovechando que los pabellones han quedado vacíos se ha iniciado una amplia reestructuración del entorno, recuperando los elementos originales. Y es por este motivo que el sábado se realizó la jornada de puertas abiertas. Ese fue mi sosegante paseo modernista antes del No pasarán.
(Los recintos del antiguo hospital de Sant Pau se dedicarán, tras la rehabilitación, a usos cívicos, vecinales, de exposición y de la recién creada Unión por el Mediterráneo, que tiene su sede en mi ciudad.)
dissabte, 2 de gener del 2010
L'ALTRA BARCELONA
Existe una Barcelona alejada de la postal y de la guía turística. Se trata de una Barcelona acaso ingrata, que se cuelga sobre sus montañas, que se arracima en casuchas humildes y calles serpenteantes. Mi ciudad tiene colinas. No sé si siete como Roma y Lisboa, jamás las conté pero yo diría que más. También ocurre que alguna colina es directamente montaña, como la montaña pelada, reconvertida en Parc del Guinardó, a los pies de la cual vivo. Pero existen otras. Como la montaña que cierra a cal y canto cualquier posibilidad de expansión: Collserola y el Tibidabo. Allí, en esa zona, las calles son más pendientes que en ningún otro sitio.
Cierto que esa Barcelona alejada de la postal no es frecuentada por turistas. Ni Vallcarca, ni Guinardó, ni Horta, ni Penitents, ni el Carmel, ni Roquetes ni Cañellas. Normal. Uno no coge un avión para pasearse por los bloques de Ciutat Badía. Al menos yo no acostumbro.
Pero a mí me gusta también esta otra Barcelona alejada del diseño, del turismo, del lujo o de la fashion week. No estoy diciendo que la Barcelona de postal no me guste. Estoy diciendo que también me gusta la otra.Pero conviene no perder de vista que una ciudad es algo más que un decorado para turistas, que en una ciudad vive también gente. Y que esa gente son más que los meros figurantes de un decorado. Paco Candel se acercó a esa ciudad en Donde la ciudad cambia su nombre, novela de afortunado título y afortunado discurrir.
Procuraré no ser demagógico ni quejarme por sistema. Muchas cosas se han hecho en nuestras ciudades, aunque también es cierto que muchas cosas quedan por hacer. Las fotos que ilustran esta entrada hablan justamente de algo que se ha hecho. No sé si con la mejor de las fortunas, pero al menos evita que abuelos de esas zonas montañosas de mi ciudad tengan que subir y bajar cien escalones para llegar a su casa. Esta plataforma con ascensor está en la calle Alcántara, en el barrio de Roquetes.
Ver mapa más grande
divendres, 6 de novembre del 2009
BARCELONA REVOLUCIONARIA
Cuando el pasado mes de abril Ana Rodríguez Fischer hablaba en su blog del libro Barcelona rebelde me sorprendí por la "casualidad" ya que yo me encontraba leyendo el mismo libro. En cuanto comencé a leer la entrada de Ana descubrí que, en realidad, no se trataba del mismo libro.
El de Ana era Barcelona rebelde, que a raíz de su blog leí también divirtiéndome mucho. El que estaba yo leyendo en abril de este año era el otro, La Barcelona rebelde, y es de este último del cual quiero hablar ahora. Apuntar tan solo que tanta rebeldía barcelonesa en abril del 2009 no hacía más que preparar la efeméride que iba a llegar en julio, el aniversario de tanta iglesia quemada, de tanto convento convertido en ceniza, y de tanto cura y tanta monja caídos con sus edificios emblemáticos en aquella semana que se decidió calificar de trágica. Pero ya hablé de todo ello (en dos entradas, una y otra), y ya lo justifiqué también. Vuelvo a la Guía de una ciudad silenciada, que tal es el subtítulo del libro del cual me ocupo.
Tras unos capítulos iniciales recorriendo la trayectoria revolucionaria de mi ciudad el libro se convierte en una verdadera guía. Barrio a barrio se van recorriendo los puntos calientes de la actividad rebelde. Un pequeño mapa inicial fija esos puntos. A los espacios evidentes y sabidos (Montjuïch, la Canadiense, la Maquinista, la España Industrial, el Camp de la Bota, las Ramblas, la Modelo) se suman otros menos conocidos (en el Parque Güell, por ejemplo, tuvieron lugar en 1977 las Jornadas Libertarias promovidas por la mítica
revista Ajoblanco; diferentes espacios okupados como Kan Pasqual, en Collcerola, el Cine Princesa o la Kasa de la Muntanya, en el Guinardó; o barrios periféricos con luchas emblemáticas como Roquetes o la zona del Besós). También personajes, desde los más evidentes (Ferrer i Guàrdia, Facerías, el noi del sucre, Lola Iturbe, Durruti, Andreu Nin o Jean Genet) a otros que sorprende que tuvieran algún tipo de relación con Barcelona, o en algunos casos uno había oído hablar pero había olvidado (Emma Goldman,
verdadera gurú anarkista; Arthur Cravan, el boxeador-desertor o Teresa Claramunt).
En tiempos en que lo más destacado de Barcelona es el hotel Vela y el personaje más comentado un Félix Millet forrado y protegido, resulta edificante recordar que existe otra historia y que, a pesar de los pesares, está en ésta.
dissabte, 26 de setembre del 2009
GRACIA
dissabte, 12 de setembre del 2009
EL FINAL DEL VERANO
Por la tarde bajamos al centro. Todo estaba cerrado porque era fiesta pero a la vista del final de verano nos apetecía caminar un rato y no quedar con nadie. Acaso quedarnos luego a cenar en el centro y regresar a casa con el último autobús o con el metro.El anochecer nos sorprendió paseando por el gótico. Justo delante de la catedral. Nos entretuvimos en una feria de antigüedades que había en la plaza. Y allí nos llegó la voz de un viejo cantante callejero. Dejamos las antigüedades y nos acercamos. La catedral, al fondo, invitaba a no tener prisa. No la teníamos. Así que nos sentamos en la escalinata para escuchar las canciones del viejo argentino de la gorra. Mucha gente había hecho lo mismo que nosotros. Incluso una pareja bailaba los ritmos nada bailables. Nos reímos viendo a la pareja que nos resultaba simpática. Y ahí estuvimos escuchando la música que nos ofrecía el hombre y su guitarra. Silvio, por ejemplo. O Como la cigarra, de la Negra Sosa. Me encanta esta canción, me dijiste. Y, en silencio, vimos acabar el verano al son melancólico del viejo admirador de Mercedes.
Y yo lo recuerdo porque hay momentos en la vida que, acaso por decisión nuestra, se convierten en metáfora de algo que no sabemos bien qué es. Quizá de algo muy parecido al destello de la felicidad que dura lo que dura una canción.
dijous, 10 de setembre del 2009
UN PASSEIG PEL LITORAL BARCELONÍ
Comencem al final de les Rambles, on el dit de Colom assenyala Mallorca. El més conegut del monument és la figura. La base, però, té uns relleus interessants que recreen la història del descubriment (odiosa paraula).
I ara que parlo de Cervantes recordo que no fa gaire vaig llegir la tesi que Cervantes era català i que es deia en realitat Miquel Servent. Sembla conya però n'hi ha que ho diuen seriosament. També s'havia dit això de Colom, però penso que potser amb més criteri. Però vaja, no en sóc pas especialista. Aquí unes imatges de la casa de Servent, vull dir, Cervantes...
diumenge, 7 de juny del 2009
JOAN COLOM
La bona fotografia m'interessa molt. Per exemple l'obra d'Agustí Centelles, excel.lent fotògraf valencià-català a qui vaig dedicar una entrada. O la de Joan Colom, un altre clàssic de la fotografia catalana. Nascut a Barcelona l'any 1921 és el creador, en certa manera, de tota una estètica iconogràfica del Raval quan era encara barri chino (ho sento, s'escriu amb ch, res de xino que queda massa normatiu).






diumenge, 17 de maig del 2009
LA CASA BATLLÓ
Era un de les coses pendents, visitar la casa Batlló del passeig de Gràcia. Un racó gaudinià d'una gran delicadesa. Encara que Vila-Matas digui, comprensiblement, que li agrada París perquè no té cases de Gaudí, jo que sóc molt menys snob dic que m'agraden molt les cases de Gaudí (encara que em cansi la política casolana petit-burgesa que es podria identificar, a Barcelona, amb les cases de Gaudí) de la mateixa manera que m'agrada també, moltíssim, aquest París inacabable.
Si ets del pais, pagues 8 euros crec. Si ets no català en pagues 16. El preu és una barbaritat, encara que també és cert que teniem darrere dos madrilenyos apoquinant i feia una certa gràcia (sorry María!!!). La única part de la casa Batlló que jo coneixia era la façana, és clar. La generosa galeria frontal que permetia als senyors del principal no perdre detall del que passava fora.
La casa Batlló, com moltes de les cases de l'Eixample, té dues escales. Una, la de servei, que permet pujar als diferents pisos i al terrat, i l'altre, l'escala noble, que era d'ús exclusiu pels amos de la finca i portava únicament al pis principal. Hi ha dos pisos per planta menys justament al principal, que tot ell és una generosa vivenda que es pot visitar. Els arquitectes modernistes, Gaudí en aquest cas, treballaven conjuntament amb els disenyadors d'interiors, marmolistes, fusters... Cap detall quedava fora de control.
L'escala és sorprenent. Els tons blaus es van fent més intensos a mesura que pujem. Un cop a dalt es poden visitar les esgolfes, construïdes amb l'arc apuntat tan propi de l'arquitecte, i el terrat, amb les xemeneies característiques.
dijous, 30 d’abril del 2009
RACONS (IV): PARC DEL LABERINT
Fantàstic, sobretot a la primavera. Són famosos (i pedagògics) els seus dos jardins, el clàssic i el romàntic. Els ponts, els arbres centenaris, els racons, el laberint. Et pots perdre aquí en el sentit més literal (en l'altre també).
Ariadna vigila des d'un racó no gaire allunyat. Teseu, el gran triomfador, guarda l'entrada al laberint. El mateix Teseu que, recuperat per Marsé en el seu discurs d'acceptació del premi Cervantes, és el símbol de qui entra en un lloc i pot sortir-ne per explicar què ha vist. D'aquesta manera s'entra i se surt dels llocs quan un té ganes de viure i compartir.
El millor: tot el parc. El pitjor: que s'ha de pagar entrada la majoria de dies, l'absència de transport públic que en dificulta moltíssim l'escapada si no tens cotxe i els mosquits.