El sábado 24 de abril se convocaron en varias ciudades del Estado marchas o concentraciones en apoyo al juez Garzón. En Barcelona, sin gran publicidad (a mí me llegó a través de un mail que me mandó Mireia), el acto se organizó a las seis y media en la plaza Sant Jaume, el antiguo foro de la Barcelona romana y desde siempre centro del poder político. Como reza el encabezamiento de esta entrada, yo estuve ahí.
Se está haciendo necesario reaccionar y gritar por lo que está ocurriendo. Más allá de cosas que nos puedan haber gustado más o menos del juez Garzón hay algo innegable: el juez está siendo cuestionado y amenazado por algo muy concreto: haberse atrevido a juzgar los crímenes del franquismo. El gran, enorme tabú de nuestra historia reciente.
Desde siempre, en los medios de comunicación, se nos ha vendido la excelencia de nuestra transición: ha sido como si se nos quisiese convencer. Y sin embargo desde hace un tiempo se está cuestionando mucho esa transición. Porque a la viuda y nietos de Franco se les pasó una pensión económica durante muchísimos años. Porque nunca se cuestionó ninguno de los crímenes del dictador. Porque no ha sido hasta hace muy poco que se dice por fin en voz alta que los fascistas vivieron siempre protegidos hasta que se murieron en sus camas.
Lo peor de todo es seguramente la capacidad que tiene la caverna española de darle la vuelta a todo. Ellos persiguen al juez por haber tocado lo que no debía: nosotros somos quienes nos situamos contra la justicia puesto que no tenemos el respeto debido al Tribunal Supremo (por mucho que éste admita la querella presentada por Manos Limpias, que todos sabemos lo que son). Ellos, los herederos del franquismo, son quienes votaron la constitución y quienes defienden la democracia y la ejemplaridad de nuestra transición: nosotros somos los exaltados que nos quejamos sistemáticamente de todo y que forzamos actitudes difícilmente aceptables. Ellos se llenan la boca con palabras como libertad y justicia, y nosotros una panda de comunistas trasnochados, peligrosos y exaltados que no estamos nunca conformes con nada. Y luego rubrican su moderación extraordinaria con un Viva España, Viva el Rey que a mí me suena a Santiago y cierra España. Que haya mucho silencio, mucha censura, mucha prohibición, mucha tristeza y muchísima hipocresía no parece importarles. Lo único que les importa es que nada que pueda molestarles vaya a tocarse y que sean capaces de seguir dándole la vuelta a todo para seguir pasando ellos, justamente ellos, por demócratas de toda la vida.
Esta idea, la de que igual no fue tan maravillosa nuestra transición, fue la idea central del acto del sábado. Hablaron, entre otros, las escritoras Rosa Regàs y Carmen Domingo, los actores Fernando Guillén, Vicky Peña y Jordi Dauder, el fiscal Jiménez Villarejo, y varios representantes de asociaciones de antiguos represaliados por el franquismo. Numerosas banderas republicanas, porque al final es eso, el espíritu de la República frente a una monarquía de raíz franquista, lo que estamos reivindicando. Muchísima emoción, contenida o no. Numerosos letreros de gente anónima que se hacía oír de forma silenciosa. Poemas de Antonio Machado, Federico García Lorca y Miguel Hernández (los poetas mártires del fascismo). Y un grito final que quiero traer en forma de vídeo. Porque seguimos necesitando ese grito: luchar para que no pasen quienes quieren sustraernos la democracia y quieren callarnos la boca con palabras como justicia y libertad, palabras que en sus labios resultan ya excesivamente prostituidas.
diumenge, 25 d’abril del 2010
YO ESTUVE AHÍ (NO PASARÁN)
divendres, 16 d’abril del 2010
HARTAZGO
El Constitucional no lo consigue ni a la de cinco. Servidor está harto, cansado, desengañado. De muchas cosas.
El Constitucional no lo consigue porque la propuesta votada era demasiado benévola. Volverán a comenzar. Tras cuatro años los miembros del Tribunal Constitucional no han conseguido ponerse de acuerdo. Fue el PP quien presentó los recursos. La demora me parece sencillamente vergonzosa (ya van cuatro años). También son vergonzosas las circunstancias de un Tribunal Constitucional que actúa de oficio porque nadie es capaz de renovarlo.
Yo me pregunto, ¿estos son los señores imparciales que deben decidir la limpieza de un texto que voté? ¿Esos son los sabios que decidirán si decidí bien o se nos fue la mano? ¿Alguien se cree no ya la eficacia, que está visto que no, sino sencillamente la seriedad del TC?No es sólo eso. Es la indignación que me produce estar a expensas de unos señores que pueden tocar ni que sea una coma que no debieran. Los dos parlamentos que me representan votaron el texto (y el parlamento central lo rebajó, recuerdo). Y además los catalanes lo votamos y lo aprobamos en un referéndum perfectamente legal. Lo que digan los sabios deberá ser acatado, supongo, pero ciertamente no compartido. Y que luego se pregunten algunos cuál es el motivo de que los catalanes sintamos que el encaje en España es cada día más difícil...
El otro día me pasaba una amiga un correo de esos que circulan por la red. Un powerpoint en que se invitaba a los ciudadanos del resto del Estado a no consumir productos catalanes. Ya estoy acostumbrado. Me molesta. Pero me molesta menos que muchos catalanes cuando dicen aquello de que: tanta preocupación por el Estatut, cuando en realidad hay cosas más importantes. Desde luego que sí. Es cierto, hay muchas cosas mucho más importantes que eso. Pero se trata del mismo discurso de las derechas patrias cuando dicen aquello de: tanta preocupación por la memoria histórica y por lo que sucedió hace tantos años, cuando en realidad hay cosas más importantes.
A mí me preocupa todo lo que puede ser preocupante en la sociedad. Todo. Pero también me preocupa que los fachas nos quieran robar la memoria. O que los jueces quieran robarnos la democracia, porque de eso se trata. Harto, cansado y desengañado. Y va a más.
dissabte, 6 de març del 2010
POR QUÉ NO ME GUSTA EL PARTIDO POPULAR
Por mil cosas. Si esto, en lugar de ser el título de una entrada fuera el título de una categoría, tendría mil entradas. Pero no resumiré porque me mareo sólo con pensar en hacer una lista exhaustiva. Temo que me diera un ictus a medio redactarla. Con el Partido Popular me atrevo a la crítica pero poco a poco. Puedo lanzarles escupitajos morales pero como hacen las gitanas, escupitajillos que son como dardos. Infinitos escupitajillos, eso desde luego.Cada semana o cada dos semanas se descuelgan con algo que me enerva y que consigue sacar lo peor de mí. Hoy va por los toros, claro, que ésta ha sido la última o ha sido la penúltima (a la que llevas un par de horas sin leer el periódico ya hay un nuevo motivo de desprecio que se añade a la infinita lista). No trato de decir con esto que los demás partidos me encanten o que me decante sin fisuras por alguno. A todos les encuentro algo que no me satisface, depende del momento y depende de la política de que se ocupen. Pero del PP no me gusta nada, o casi nada (lo único, esa idea de orden que ellos defienden que, previamente depurada de cualquier atisbo fascistoide, considero necesaria para el funcionamiento de la sociedad. De hecho, la idea de orden es algo de lo que se ha apoderado la derecha y que creo que debería ser algo fundamental, independientemente de la política, como la higiene o el derecho al trabajo).
Estoy en contra de los toros. Me parece una fiesta bárbara e insolente que se basa en el maltrato a un animal. Disfrazar eso de cultura es una opción pero el maltrato sigue existiendo. Frente a tanta gente que se opone a las prohibiciones a mí no me parecen mal, siempre que respondan a un consenso. Me parece bien que hayamos prohibido las peleas de gallos, por ejemplo. ¿A alguien le parece mal esa prohibición? Por el mismo motivo, repito, por el mismo, me opongo a las corridas de toros. La mayoría estamos de acuerdo, no me cabe ninguna duda.Pero el PP añade el plus nacionalista, ellos, que siempre cargan contra todo nacionalismo que no sea el de ellos. Probablemente alguien esté en contra de los toros en Catalunya por motivos políticos, para alejarse un poco más del Estado. No diré que no. Lo que sí digo es que es algo minoritario: quienes nos oponemos a los toros nos oponemos por los mismos motivos que puede tener alguien que viva en Córdoba. Esa es la esencial verdad que a ellos no les interesa ver.
Cuando un debate de este tipo alcanza unas dimensiones semejantes pienso que pueden sacarse diversas conclusiones. La primera es que la fiesta de los toros está gravemente enferma, aquí y en cualquier sitio. Si gozara de buena salud no necesitaría tantos defensores maleducados. En segundo lugar, aunque seguramente la iniciativa popular no será aprobada por el Parlamento catalán, a los catalanes, en general, no nos gustan los toros y se seguirá necesitando que vayan llegando autocares españoles para llenar la Monumental (como ha venido ocurriendo, por cierto). Y en tercer lugar, algo de lo que no he hablado nunca en este blog, que existe en un sector importante de la sociedad española una innegable catalanofobia. En mis viajes españoles yo la he sentido en muchas ocasiones. Ese desprecio latente que resulta tan incómodo y que, francamente, tampoco tengo por qué aguantar. Puesto que estoy convencido de que los catalanes ni somos mejores ni somos peores que nadie (de todo hay) esa catalanofobia es la constatación definitiva de que hay algo severo que no funciona en la relación España- Catalunya. Si se siguen mezclando las cosas y el debate acaba siendo identitario siempre, se discuta lo que se discuta, muchos somos quienes cada día acabamos efectivamente más y más cansados de un Estado que ni nos comprende ni nos quiere.(Y la penúltima, la bronca a Rosa Díez... Porque no estaba yo en la Autónoma en aquellos momentos: me hubiese encantado gritar desgarradamente contra esa vendida).
dimarts, 2 de març del 2010
BARRER EN POSITIVO (TOBIN, RUSSELL Y LOS BLOGS)
Barrer metafóricamente tiene una lectura negativa. "Barrer de la faz de la tierra", por ejemplo. "Si yo tuviera una escoba, cuántas cosas barrería", por ejemplo dos. Pero también es posible barrer metafóricamente en positivo: "barrer para casa". Barrer para casa pero positivamente. Sin significación de mercadeo o aprovechamiento. Ir por la vida barriendo para casa cosas que realmente valen la pena. O cosas que sirvan para recordarnos aquello que no vale tanto la pena. Los blogs, como todo en la vida si uno quiere, son una escoba que barre y trae para casa. Encontré en el blog de Felipe una entrada sobre la Tasa Tobin (de Robin Hood, el que robaba a los ricos), esa tasa para los bancos, que son los grandes enriquecidos, con la finalidad de redistribuir parte de esa riqueza en países y proyectos verdaderamente necesitados. Os recomiendo encarecidamente ver el vídeo de la entrada. Qué gran idea, qué necesario se me figura que no sean siempre los mismos quienes ganan, o en su defecto que colaboren a construir un mundo más justo. Esa fue una idea que me traje para mi casa ideológica, porque me pareció una gran idea. Y en el mismo blog, creo que al día siguiente, hablaba el buen amigo de un programa vergonzoso, como la gran mayoría de realitys (sin puritanismo escandalizable lo digo). Poner a Sofía Mazagatos vestida de homeless por la calle Serrano y hacer que vaya recogiendo los dineros de los impresionables transeúntes tiene, o debería tener, delito. Y como no soy un liberal y me alegro de no serlo sí pienso que hay cosas que deberían prohibirse, que no pasaría nada si se prohibiesen. Aunque lo ideal sería que viviéramos en una sociedad lo suficientemente íntegra como que para ciertos inventos no se hicieran ya, y menos para que se llenen el bolsillo cuatro ricachones. Esa es otra idea que barro para casa, aunque la dejo en el cuarto de aquello que debemos evitar.
De otros blogs amigos saco otro tipo de propuestas o de ideas, pero en todos barro algo. Algunos ejemplos: José Lorente me invita a ir al cine con Machado, y pienso hacerle caso. También Carlos de Tusitalas me insiste con el cine, y ya le dije que me motivó para ponerme a estudiar un rato. También Lorente me invita a escuchar a Mozart. Madison a leer a Camus. Cecilia a leer a Mankell. Isabel a atreverme con Marcial. Ana a escuchar (y ver) a la gran Maruja Mallo, que ella conoce bien. Tula a comprender qué es eso tan oriental del Wabi Sabi. Y Josep a solidarizarme con la enfermedad.
Y ya, desde lo más ideológico, Kabila me propone una reflexión que también me llevo sobre los niños y la guerra (qué impresionante la foto de los niños escribiendo mensajes de destrucción en los obuses que van a destruir Gaza) mientras que Inés Sabanés me reconcilia un poco con las izquierdas proponiendo, y sé que esto es polémico, una nueva lectura sobre Cuba. Inés Sabanés, justamente ella, que desde IU en Madrid tiene una indiscutible trayectora de mujer de izquierdas. Me resulta tranquilizador saber que las izquierdas también tienen derecho a pedir otra política a países como Cuba (y añado por mi cuenta y riesgo, a países como Venezuela, si no quieren verse perseguidos por la sospecha cada tanto, como está ocurriendo ahora con el tema de ETA). Soy de los que opinan que el apoyo a esas realidades no debe hacer obviar la crítica justa y necesaria. Que no por situarte a su lado debes hacer la vista gorda. Y que no por entender alguno de sus motivos pueda resultar justificable que confraternicen con dictadores iranís. Y por eso barro para casa también ideológicamente desde el blog de Inés: ni que sea para sentirme menos bicho raro.Pero ya que de barridos hablamos permitidme una anécdota, ésta alejada de los blogs. Este mediodía he ido a comer yo solo a un restaurante cercano al trabajo. Un restaurante de menú, de esos de olor a fritura que luego se te pega en la ropa. Yo solo, dije, entreteniéndome con el periódico y la tranquilidad de espíritu que aporta la soledad. Si alguna vez debo comer solo en el trabajo procuro no decirlo a nadie porque entonces me compadecen e incluso a veces ocurre que se me cuelga algún incordio. No puedo entender que comer solo sea visto como el colmo de la tristeza existencial para el resto de personas: me gusta compartir la mesa con los amigos, qué duda cabe, pero no me mata la soledad en absoluto. Incluso en ocasiones la agradezco mucho. Comiendo hoy, decía, me he encontrado en el periódico con una noticia de estas que vale la pena barrer y traerte. Algo había escuchado sobre el Tribunal Russell pero hoy, entre la ensalada y el pescado, me he informado detalladamente. Se trata de un tribunal sin valor jurídico pero comprometido con la creación de opinión pública y tejido social. Inspirado por el filósofo Bertrand Russell nació en 1967 para juzgar los crímenes cometidos en Vietnam. Qué excelente idea esa plataforma. En su día fue presidido por Sartre y se ocupó, por ejemplo, de juzgar las dictaduras latinoamericanas en los años oscuros (los años aquellos en los que a nadie se le caía la cara de vergüenza porque no tenían ni lo uno ni lo otro). Se ha reunido ahora en Barcelona y nadie o casi nadie lo sabe. Se están juzgando los abusos que se cometen en los territorios ocupados de Palestina y el vergonzante colaboracionismo norteamericano y europeo. Saramago, Eduardo Galeano, la directora Itziar Bollaín, un líder antiapartheid, la actriz Vicky Peña y el cantautor Lluis Llach son algunos de quienes están detrás de esta iniciativa. Iniciativa que apunto porque es digna de ser barrida en positivo. Me la quedo (para compartirla).
dimecres, 20 de gener del 2010
VIC
No puedo hablar de estadísticas porque no las consulto y no las sé. Ignoro, por tanto, cuántos inmigrantes tiene Vic. Sí que pienso, porque lo conozco, que está claramente por encima de la media. Y justamente ha sido en Vic el único lugar de toda Catalunya donde ha triunfado un partido claramente racista. Se confirma una vez más que no somos racistas hasta que se nos presenta la oportunidad.
Siempre he pensado que el fascismo, con todo lo que implica y con todas sus variantes, no es algo externo. Para mí es algo que nos atañe absoluta y completamente a cada uno de nosotros. Es demasiado fácil señalar al otro como fascista. Lo hacemos todos. Yo el primero. Y me pregunto si somos totalmente honestos al hacerlo. El fascismo sería un virus maligno que portamos todos. Conviene estar atentos siempre, procurarnos unos excelentes anticuerpos para no permitir que arraigue. Y esos anticuerpos son la crítica severa. Severa porque debe comenzar por nosotros mismos.No sé, por tanto, si lo que voy a decir es una muestra de que comienzo a estar corroído por ese virus. Bienvenida la duda pues me evita ser dogmático. En mi defensa puedo comenzar advirtiendo que trato siempre de mantener a raya ese virus, de ser crítico, de hacer que la parte más noble de mí mismo (la tengo, como todos) sea la que ordene el pretendido rigor intelectual. Ya se sabe que al intelecto por sí sólo siempre le falta algo: o humanidad, o gracia, o amenidad, o bondad, u honestidad, o todas estas cosas a la vez, y algunas otras.
Seguramente muchos de los triunfos de la derecha que observamos por el mundo son debidos a la falta de unión de las izquierdas. A una voluntad crítica férrea encomiable que se nos acaba tornando en contra. De acuerdo. Pero me pregunto si sólo a eso. Me pregunto si no será también que algunas veces la izquierda no es por desgracia desorganizada, caótica y perezosa. Si la izquierda en algunas ocasiones no falla en la gestión. Si la izquierda, es decir, la gente de izquierdas, no peca en ocasiones de muy demagógica (fíjese que no he dicho más demagógica).Cuando fui joven (quiero decir, como dijo el poeta, más joven) también grité que quería papeles para todos. De corazón. Pero, honestamente, ¿es ello posible? Aunque quede mal decirlo, y fatal reconocerlo. ¿Podemos asumir a todos los inmigrantes que deseen venir? Algunos dirán que sí; de entre estos es incluso posible que algunos lo crean de veras. Yo no. Lo cual debería ser como mínimo una opinión respetable (voy con miedo, la verdad: he visto demasiado tiro a degüello de gente aparentemente muy comprometida y muy de izquierdas). Es necesaria, no me cabe duda, una ley que ordene la inmigración. Porque si no se ordena acaba ocurriendo lo que ya sabemos: aparecen partidos racistas, se presentan a las elecciones los partidos racistas, ganan las elecciones los partidos racistas. No nos gusta que sea así; da igual si nos gusta o no. Sencillamente sucede. Son necesarias, por tanto, unas normas para racionalizar la inmigración (y tantas otras cosas), para evitar que la gente se sienta agredida, para evitar que acabemos dando pasos hacia atrás.
Veamos; ¿qué lleva a una ciudad con una altísima cantidad de inmigrantes a intentar evitar el empadronamiento de los no legales? ¿Será que los de Vic son más racistas que yo? ¿O que tú? Podemos llevarnos las manos a la cabeza y decir qué horror, Dios mío, qué fachas.Lo increíble no es que Vic quiera prohibir que los inmigrantes ilegales se empadronen; lo increíble es que, en cualquier lugar de España, los inmigrantes ilegales puedan empadronarse (no hablo de Sanidad, que nadie me haga decir lo que no digo, que también me he indignado con opiniones relativas al tema). Así lo veo. Nunca se vio contradicción tan escandalosa. ¿Prohibimos que estén, les negamos la carta de legalidad, pero les dejamos que se queden? ¿Qué pretendemos? ¿Qué se conviertan en mano de obra barata? Sí: probablemente eso es lo que se pretende. Que algunos seres humanos acaben trabajando doce o catorce horas descargando camiones por el mísero precio de cinco euros.
Todo ilegal está siendo empujado a la explotación. ¿Los legalizamos a todos, entonces? El gobierno ZP lo hizo en su primer año. Le aplaudí el gesto. Pero fui de los pocos. Mucha gente de izquierdas se apuntó al argumento del efecto llamada. Que yo aplaudiese el gesto y pensase que los que vivían aquí debían ser legales no significaba, ni entonces ni ahora, que pensase que podemos acogerlos a todos.Por todo ello aplaudo a Vic. Ponen una paradoja encima de la mesa. Debo de ser de los pocos pero les aplaudo. Naturalmente que nadie entienda nada de lo que no digo porque sencillamente ni lo pienso ni lo siento. La realidad que Vic pone encima de la mesa no nos gustará pero no por negarla dejará de existir. Estoy a favor de la regulación escrupulosa de la inmigración. Alguno habrá que me acusará de fomentar el racismo: yo me planteo si el racismo no se fomenta con el desorden y el exceso. Si tenemos gente que sigue trabajando a precios reventados la esclavitud sigue existiendo. Yo he estado en dormitorios sociales llenos de inmigrantes que eran vilmente explotados. Y de paso esta explotación empuja a que otros trabajadores se vean obligados a reventar precios, a trabajar más horas, a malvivir porque la gente prefiere lo económico sin planteamientos éticos. Y esa es la semilla del racismo y del fanatismo.
La mejor manera de solucionar las oleadas de inmigración es el apoyo decidido a los países en vías de desarrollo (y ojalá otras formas de redistribución de la riqueza sean posibles; no pierdo la esperanza de que algo cambie en la base). No estoy a favor del 0,7%, me parece una cantidad ridicula. ¿Mejor un 5? ¿Un 6? ¿Un 7 incluso? Porque sé que aunque no podamos recibirlos a todos, si ellos están aquí o ellos quieren venir es porque primero nosotros estuvimos ahí. Y sé también que con las buenas intenciones solamente no se solucionan los problemas.
Y escribo esto enormemente molesto puesto que siento que debo justificar constantemente mi posición ideológica. Como si pensar lo que acabo de decir fuese el no va más del racismo, como si sólo fuese posible ser de izquierdas desde bloques absolutamente inamovibles. Como si salirse de la norma que establece no sé qué intelectualidad internacional significase ser expulsado del club. Como si además pudiesen insultarte por ello. Y porque pido una izquierda dialogante que se aparte tanto del dogmatismo de unos como de la memez de otros mentirosos (lo que se llamó tercera vía).
dissabte, 16 de gener del 2010
OBISPOS
En mi entrada anterior explicaba cómo cuando era niño la ficción me ayudó a abstraerme de un entorno hostil y clerical. Ya no soy un niño y no sé si los tebeos podrían ayudarme como entonces pero estoy dispuesto a probarlo. Porque el entorno sigue siendo hostil por los mismos motivos.
Seguramente no me agreden de la misma forma, básicamente porque la edad, junto con muchos inconvenientes, también te da armas. Además ya dije que aprendí a respirar tranquilamente y a no apartar la mirada con miedo. A denunciar y a protegerme. Pero en ocasiones consiguen todavía escandalizarme. Por curado de espantos que se esté siempre hay una apostilla que te pone los pelos como escarpias. Porque puede que sea cierto que hay frases que los periodistas sacan de contexto, pero también es cierto que hay frases que uno quisiera no haber escuchado nunca.El Obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, manifestó hace un par de años refiriéndose a los casos de pedofilia en la Iglesia que "hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan." Los que nos quejábamos del silencio vergonzante de la Iglesia frente a tantos casos de pedofilia comprendimos entonces que, frente a según qué declaraciones, mejor callados.
El Obispo de Granada, Javier Martínez, denunció hace unos meses (a raíz de las polémicas declaraciones del Papa) que el preservativo había sido el culpable de la expansión del SIDA en África. No contento con ello ha vuelto recientemente a la carga afirmando que "matar a un niño indefenso, y que lo haga su propia madre, da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar del cuerpo de la mujer, porque la tragedia se la traga ella". Nadie le cuestiona que no quiera el aborto: es un derecho. Se le cuestiona el fascismo. Llanamente.
El Obispo de San Sebastián, el polémico y peperizado José Ignacio Munilla, promocionado por Rouco (que también suele estar sembrado cuando habla), impuesto desde posiciones tan centralistas en la diócesis de Donostia, ha comenzado inmejorablemente su pastoral. A raíz de la horrible tragedia de Haití ha afirmado que la situación española es infinitamente peor que la de esas 50.000 personas que han muerto o están muriendo enterrados bajo los escombros.Alguien se podrá preguntar qué tienen que ver las imágenes de esta entrada con el tema. Por primera vez desde que tengo el blog digo que nada. La ilustro con imágenes aleatorias y sosegantes, para compensar. No me apetece poner ninguna foto de los tres pájaros de los que he hablado. Primero porque no me apetece. Pero también porque mejor no verlos demasiado, mejor no reconocerlos por si un día (cosa harto improbable) uno se los encuentra en el metro o la parada del bus.
Y pienso finalmente en mi amiga Isabel, que se pregona como una desalmada desde su cobijo aconsejable y necesario. Es una desalmada literaria. Una desalmada sensitiva y sensible. Una desalmada de la literatura, de las palabras y de la expresión artística. Los obispos no. Los obispos son desalmados, pero etimológica y rabiosamente. Con ellos no vale la metáfora. Con ellos la realidad se impone para mostrarnos una de sus caras menos amistosas.
dissabte, 14 de novembre del 2009
REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA
(Recuerdo que en 2004, el año en que el PP perdió el gobierno español tras mentiras, censuras y episodios bochornosos este partido se presentaba a las elecciones que perdió prometiendo una regeneración democrática. Sin ningún empacho. Los críticos se preguntaban si tan tocada habían dejado la democracia para que ésta necesitara una regeneración profunda a sus propios ojos. Bromas aparte, lo cierto es que seguramente, a la luz de recientes episodios de corrupción a la española, sí que va siendo necesaria una efectiva regeneración. El siguiente es un comentario que dejé en el blog de un amigo y compañero de trabajo, ex regidor en el Ayuntamiento de Santa Coloma en épocas de menor efervescencia general y sin embargo honesto)"Cuando en anteriores citas electorales la participación a nivel español o catalán fue escasa los políticos, todos, dijeron que se iban a analizar pormenorizadamente los motivos. Nos estaban mintiendo a la cara una vez más. Nadie analizó nada, o muy pocos. Si se hubiese llevado a cabo un análisis riguroso se hubiesen propuesto medidas. No he sabido de ninguna. No la hubo. Una vez repartido el pastel todo continuó igual.
Es por eso que no me molesta tanto que haya una minoría que chupa del bote. Es algo tan inevitable de la especie humana... Lo que más me indigna es la connivencia del resto de políticos, las nulas ganas de solucionar el problema, de ser severos, de terminar con comisiones, con chupópteros, con corruptelas.
Vendrá otra cita electoral, la participación volverá a ser escasa y saldrán los políticos a decir que van a analizar detalladamente los motivos y a proponer soluciones. Y claro, a algunos se nos va a subir la bilirrubina. Porque comenzamos a estar hasta los mismísimos de que se nos tome impunemente el pelo."
(Mi apuesta pasa por un sistema que contabilice de forma efectiva el voto en blanco para que este tenga su traducción en el reparto de escaños. Actualmente voto blanco equivale a abstención: beneficia a los grandes. ¿Se imagina alguien un Parlamento o un Congreso con cincuenta o setenta escaños vacíos en el momento de la inauguración de la legislatura? Quienes seguro que no quieren imaginarlo son los propios partidos, ninguno, porque ya se sabe que escaño ocupado significa dinero que entra... Sin embargo, me parece una propuesta tan razonable...)
diumenge, 18 d’octubre del 2009
EL REGRESO TRIUNFAL DEL IMBATIBLE AUTOCAR PEPERO
Huyo siempre en este blog del apunte de urgencia. La actualidad aquí no manda. No porque yo sea un despreocupado de la información: nada más lejos de la realidad. Me importa y mucho la información, casi tanto como me importa el lugar en el que decido informarme. Pero ni tengo la obligación de comentar todas las novedades informativas aquí, ni tengo el tiempo para hacerlo. Así que es frecuente que opine sobre algunos hechos cuando el fervor periodístico ya ha pasado.
Se me permitirá una excepción en el caso de la actual entrada. Lo escribo hoy domingo tras leer las noticias y ver las fotos (que no reproduzco) de las manifestaciones de ayer en Madrid. El motivo: protestar a gritos y con pancartas contra la ley del aborto que se aprobará próximamente y que actualizará la anterior. Nada que objetar a la manifestación de ayer. Lo digo en serio, nada que objetar a lo que piensen los demás. No le discuto a nadie el derecho a manifestarse. Pero al menos me reservo el derecho a decir lo que pienso. Que tampoco sorprenderá a nadie que me conozca.Nada que objetar a lo que piensen los otros, pero sí a la mala leche de los que desean imponer un país a su medida. Montones de autocares peperos salieron de las principales ciudades españolas, capitales de provincia la mayoría, a primeras horas del sábado. El objetivo era llegar a Madrid con tiempo de sumarse a la manifestación. Mi primera gran duda es por qué no cogieron un avión o el AVE. Naturalmente para no perderse lo mejor de la fiesta: los cánticos en ruta (que por higiene mental trataré de no imaginarme). De esta manera, con autocares llegados de todos los rincones, con confesiones plenarias en cada autocar puesto que la cosa estaba llena de obispos, con el bocata que seguro que regalaba el partido, con el café descafeinado con leche descremada obsequio de la conferencia episcopal, se encontraron un mogollón de antiabortistas al pie de la gigantesca bandera española. Curas, obispos, monjas, Rouco Varela, peperos, pijos, Esperanza Aguirre y la gigantesca bandera española. Ni siquiera mi peor pesadilla se atreve a tanto.
Que la Iglesia y el partido se unan para llenar de gente las manis madrileñas no es nuevo. Lo hicieron cuando quisieron cargarse el matrimonio homosexual. Lo hicieron cuando quisieron cargarse el Estatut. Lo hacen ahora con el aborto. Lo que es previsible es que la ley se apruebe, como se aprobaron las anteriores, porque afortunadamente persiste una mayoría que tiene algo de mejor aspecto que los de las manifestaciones. Una vez aprobada la ley, eso sí, el partido va corriendo a presentar un recurso de anticonstitucionalidad. Así lo ha hecho siempre. Y la cosa quedará a la espera. A ver qué dicen los sabios, si es que se ponen de acuerdo.
Tenemos matrimonio gay, tenemos Estatut, pronto tendremos nueva ley del aborto. Pero podría ser que todo ello acabe siendo anticonstitucional. Es decir, podría ser que los ocho sabios tengan más peso que toda la sociedad que vota confiada cada cuatro años. Es una verdadera perversión de eso que quieren hacernos creer que tenemos: la democracia. Si resulta que según los sabios todas esas leyes y otras tantas no caben en nuestra constitución será el momento de preguntarnos qué constitución de mierda tenemos. Qué constitución intocable. E indiscutible además.
Y mientras tanto ellos, comidos de corruptelas por todas partes, siguen adelante sin despeinarse. Con coraza y cabezón, como tiene que ser.
dilluns, 5 d’octubre del 2009
BOLSAS DE PLÁSTICO, BASURA E INTERECONOMÍA TV
La gran televisión privada española Intereconomía, ejemplo de independencia, buen hacer y compromiso con la verdad, ha iniciado una lucha constante, sincera, valiente y honesta contra los supermercados que quieren dejar de entregar bolsas de plástico con la compra del día. Los supermercados Carrefour, que como se sabe desean seguir esta tendencia y promover otras opciones aparentemente más ecológicas, se han convertido en frente de batalla. Digo aparentemente más ecológicas porque todo el mundo sabe que en realidad las bolsas de plástico, que luego los humildes reaprovechan graciosamente para almacenar la basura, no son en absoluto agresivas para el medio ambiente. La solvencia informativa de Intereconomía nos ha convencido a todos.
Cuando hace años George Bush opinó que el mejor sistema para terminar con los incendios forestales era talar todos los árboles de los USA la progresía internacional se lo tomó a broma. Se tomó a broma justo eso, seguramente lo más sensato que dijo en su vida el glorificado ex presidente. Ahora Intereconomía, en una más de sus campañas en pos de la verdad, apuesta por la bolsa y por la basura. Carrefour, vergonzosamente disfrazada de ecologista, busca sólo ahorrarse unos millones engañando a la opinión pública. Porque el plástico no es nocivo para el medio ambiente, como tampoco lo es el mercurio de las pilas (recientes investigadores de Toronto han demostrado que los árboles frutales lo absorben y se nutren), como tampoco lo son la tala indiscriminada de árboles (los bosques se esponjan y creando cortafuegos de cuarenta y ocho quilómetros las llamas no pasan seguro), como tampoco lo son los gases que provocan el efecto invernadero ni la desaparición del Amazonas y demás pulmones (el alquitrán de las carreteras, informan desde Richmond, Virginia, contribuye activamente a limpiar los residuos de la atmósfera gracias a las poliesferas del etileno resultante de la combustion de los átomos de los hidrocarburos y su posterior agrupación, favorecida por la mecánica ondulatoria, en moléculas diatómicas resultantes de la oscilación de la simetría gaugeana de la cromodinámica cuántica. Es fácil comprobarlo en ese acelerador de partículas que todos tenemos en casa.)
Presentamos un vídeo de la campaña de Intereconomía. Me atrevo a aconsejar a los amigos de tan excelsa televisión privada española que una locutora con una voz menos nasal hubiese facilitado la credibilidad de la noticia. Por lo demás, irreprochable.
dimarts, 29 de setembre del 2009
RECICLAJE RELIGIOSO
En una entrada reciente del agradable blog de Mariel comentaba yo, a raíz del recuerdo de la llamada Setmana Tràgica de Barcelona unas pintadas que en el pasado mes de julio, conmemorando los cien años de esa semana, estamparon manos anónimas en algunas de las iglesias de mi ciudad. La más suave rezaba: La única Iglesia que ilumina es la que arde.
Mi espíritu claramente anticlerical convive (cómodamente) con mi amor por la arquitectura religiosa (también la escultura, la pintura... la religión condicionó el arte occidental durante siglos). Por eso no soy partidario de quemar nada. Quemar una iglesia románica, quemar una catedral o un claustro, destruir tantas pinturas de tantos artistas, tantas esculturas... Está claro que íbamos a quedarnos sin nada.
Por eso mi apuesta por el reciclaje es clarísima. ¡Qué agradables museos iban a acoger las iglesias, las abadías, las catedrales! ¡Qué barrios más cultos íbamos a tener si en cada iglesia que nos observa ceñuda desde las esquinas urbanas se recogieran, pongamos por caso, muestras itinerantes del expresionismo alemán o de la abstracción americana!
Pero vayamos más lejos. ¿Por qué no poner un bar en una iglesia? Puede parecer excesivo. No lo es. En la tan católica Toledo se han atrevido a tanto. Un bar tranquilo, eso sí, que recoge muestras itinerantes de arte diverso.Ya en Amsterdam hace años comprobé que la secularización había llevado a reconvertir antiguas catedrales en agradables museos. En mi reciente estancia en Amberes comprobé que la Catedral de la ciudad flamenca se había convertido también en museo, aunque en este caso había trampa, puesto que cobraban entrada y los beneficiarios eran los curas.
Bueno, los beneficiarios siempre serán los curas. Pero estaría muy bien sustituir los púlpitos por expositores, los bancos por mesas, los altares por barras y los curas por camareros y camareras. El vino nada, el vino lo dejaría.
dijous, 10 de setembre del 2009
CAPÍTULOS
Capítulo 1: La felicidad
Capítulo 2: El espejismo de la felicidad
Capítulo 3: Lo que no se puede decir (hacer) no se debe decir (hacer)(o, qué se sienten, coño!)(Tanto provocar...)
Continuará (Capítulo 4: Todos a la cárcel, Capítulo 5: Franco, ese hombre, etc)
diumenge, 30 d’agost del 2009
CERTEZAS (y II)
Me gustan las series, no seguirlas todas pero sí alguna. Y he de reconocer que en los USA son realmente buenos para este tipo de ficción perfecta formalmente pero de exigencias intelectuales discretas. Y me gusta engancharme a series viejas, porque de esta forma me la bajo entera en la mula y no tengo que esperar pacientemente a la semana siguiente. Pero estas series tan perfectas formalmente tienen una gran pega. De repente, en un episodio, descubres que el protagonista, guapo, blanco, patriota hasta la médula, es además admirador acérrimo de Reagan y su neoliberalismo. O, como en el caso de Lost, mi serie fetiche de este verano, de repente se presenta un tipo en la isla. Ante la duda de si será bueno o malo los protagonistas deciden encerrarlo para prevenirse. Hasta ahí normal. Luego van más allá: deciden hacerlo cantar. Y para ello recurren, cómo no, a la tortura. Uno va pensando, vale, será una crítica narrativa a la tortura, algún guionista concienciado va a presentarnos una historia que sintetice el enorme error que supone la tortura. Pues no. El episodio acaba diciendo, en suma, qué necesaria es la tortura cuando el peligro es tan real.
Sigamos con las certezas del verano. Afiancé algunas antiguas. Como que es posible acusar sin pruebas. Que no pasa nada y que nadie te las pide. Que hay gente que tiene patente de credibilidad. Y que tiene inmunidad frente a sus propias mentiras y actos conspirativos. Que existen seres con voluntad de caudillo por todas partes, dispuestos a salvarte ni que sea a tortas.
Pero también otras certezas dichosas. En Toledo descubrí las yemas de Ávila (Castilla globalizada), riquísimas. En Toledo descubrí también el damasquinado, esa filigrana a base de hilos de oro y metales oxidados. En Santiago la azabachería , esa forma particular de trabajar el azabache hasta arrancarle brillos sorprendentes. Descubrí que en Finisterre se queman botas, que en A Coruña hay casas de cristal, que el plato típico de Bélgica son los mejillones con patatas fritas . Que el chocolate belga tiene tanta o más fama que el suizo. Que el AVE de corta distancia se llama AVANT. Descubrí la música lounge, un pijerío emparentado con el chill-out pero con un mayor tono chic, indudablemente elegante y un aire bailable sin estridencias (para bailar con corbata ellos, con talones afiladísimos ellas). Descubrí finalmente que cuando en Bélgica pides un espresso te dan un vaso de medio litro de café aguado. Y que para poder tomarte allí un café en condiciones tienes que pedirlo con un mantra que no falla, pero que resulta inevitable: a coffee, espresso, short, small, moka, ristretto, enfatizando cada palabra y haciendo con los dedos la señal de "cortito".
Se acabó el verano. La directora (Ella, escalofriante realidad) me espera a la vuelta de la esquina. La certeza definitiva es que, como dice Miguel Ángel, tenemos alma de jubilado.
dijous, 27 d’agost del 2009
GRAFITIS (III): AZNAR
Aznar felizmente convertido en Azwar en plena capital de Europa. (No Azwar era el lema). Con orejas de ratón americano. O de rata, que dirían algunos. Para quien lo dude: la inventiva y la verdad están en las paredes.