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dissabte, 31 d’octubre del 2009

LARRA Y LOS RECUERDOS ENCADENADOS

El ensayo sobre Larra del cual quiero hablar, brevemente porque la cosa no merece más palabras, lo había comentado ya con El pobrecito hablador (el del siglo XXI) en un comentario de su o mi blog. Fue una de mis lecturas de la primavera pasada. Es por eso que, entre la conciencia de haberlo sacado y la evidencia de su irregular valía, dejé que languideciera en la nevera. Ahora lo encuentro, lo recupero y lo saco. Más que nada por los recuerdos encadenados que vendrán luego.
Dicho queda que el libro de Jesús Miranda de Larra ni vale mucho la pena ni aporta tantas cosas nuevas. Alguna carta de Larra a sus padres cuando su viaje europeo, alguna nota a Pepita una vez habían ya cortado relaciones. Poco más. El autor, descendiente del ilustre costumbrista, se limita a ofrecer lo ya sabido desde una óptica aparentemente familiar y a aportar su propia visión y lectura del personaje. De todas formas, llevaba tanto tiempo sin frecuentar al gran Larra, por quien siempre sentí enorme admiración, que eso sí puedo agradecérselo al libro. Haber sido una excusa para poder reeencontrarme a Larra por ese barrio de Huertas madrileño que tanto me gusta, y haber sido una excusa, mejor aún, para volver a entrar en sus artículos. Y en El doncel.
Gracias al ensayo he frecuentado nuevamente "En este país", por ejemplo, "Modos de vivir que no dan de vivir", "La fonda nueva", "Antony", "Cuasi", "Carta de Andrés Niporesas", "El castellano viejo", "Los calaveras", "Donde las dan las toman", "El mundo todo es máscara", "Empeños y desempeños", además de los tipiquísimos "Vuelva usted mañana", "El casarse", "El día de difuntos" y "La nochebuena", entre otros. Gracias al ensayo he recordado que ya hace tiempo que pensé que los libretos El duende satírico y El pobrecito hablador que publicaba el propio Larra eran en realidad como los blogs de la época (la diferencia es que se vendían).
Y los recuerdos, que se encadenan solos como las cerezas, me trajeron también momentos de mi vida pasada. A Ana Rodríguez, convertida ahora en amiga y dueña de un riguroso blog, en las clases de romanticismo (qué tiempos, qué jóvenes) comentando el ensayo de Georg Lukács a propósito de la novela histórica. A Susana, amiga entonces y siempre, además de compañera de estudios en aquella Facultad que tuvimos el privilegio de frecuentar (arquitectónicamente hablando, todo sea dicho). Y el recuerdo también de Alicia, que ya no está entre nosotros, leyendo en un rincón del patio de letras y a toda velocidad El señor de Bembibre con la manifiesta esperanza de que Ana pusiera algo en el examen. Tempus fugit... Mas Larra y los recuerdos encadenados permanecen.

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dilluns, 12 d’octubre del 2009

CONVERSACIONES

Siempre vuelves a la poesía y a las conversaciones. Si son conversaciones de poeta, más todavía. Hace unos días rescaté de ese estante olvidado un libro sobre el que no había vuelto pero que tanto me gustó cuando apareció. Y ese libro me hizo recordar otra conversación.

El libro olvidado y recuperado son las Conversaciones, es decir, las entrevistas selectas a Jaime Gil de Biedma. Publicado a principios de la década (decir del milenio da empacho) recoge una serie de entrevistas concedidas por el poeta desde 1972 hasta poco antes de su muerte. En ellas se nos muestra el Jaime Gil brusco, insolente en ocasiones, ingenioso, divertido... el que cuenta la leyenda.
Siempre ha sido un poeta preferido mío. No frecuente, porque la poesía de Jaime Gil es para ser leída en aquellos momentos en que el clima le es propicio (y la noche). Acercarse a su obra a partir de sus palabras en un verdadero regalo. ¿Por qué no se publican más libros de entrevistas? Francamente, no puedo entenderlo.

O no podía. Con motivo de la publicación de Ronda Marsé , hace casi un año, le comenté a Ana Rodríguez Fischer lo interesante que resultaría recopilar las entrevistas al escritor barcelonés. Ella podría hacerlo. Tiene tanto material de Marsé, además de una amistad con el novelista, que por fuerza tenía que resultarle fácil. Ni el premio Cervantes puso las cosas en bandeja. Los libros de entrevistas no interesan. Aunque me cueste horrores entenderlo. No se venden. Punto.

En una época en que casi ha desaparecido la típica entrevista televisiva en profundidad, en que todos los entrevistados que van a la tele han de preparar la colada o hacer una tortilla mientras contestan cuatro preguntas absurdas, en una época en que toda entrevista de la tele se ve interrumpida por un humorista que no tiene gracia a la mínima que el entrevistado decida ponerse serio, nada de ello me extraña. La dispersión, según algunos sinónimo de diversión, ha sustituido a una mínima concentración. Así nos va. En la tele, en las aulas, en el cine. El conferenciante comienza con captatio benevolentiae referida al tiempo y a la amenidad ("seré breve", "intentaré no aburrirles mucho"). Nuestros días son los de la velocidad y la superficialidad. Por eso no interesan las entrevistas a personas que tuvieron mucho que decir. Y por eso tantísimas otras cosas.

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diumenge, 6 de setembre del 2009

DE GABO A MARIO

Nunca un libro tuvo menos intriga. Podría haberse titulado Crónica del puñetazo anunciado. No anunciado por nadie a lo largo de las páginas sino por lo que sabemos sobre las personales y particulares relaciones entre estos dos autores emblemáticos.

Uno no lo lee por intriga alguna sino por los documentos que los autores, los profesores Ángel Esteban y Ana Gallego, han consultado, muchos de los cuales ven la luz por primera vez en este ensayo. Se trata de las cajas que custodian la correspondencia privada y otros textos inéditos de los autores del boom. Se conservan dichas cajas en la Rare Books de la Firestone Library en la Princeton University de USA. Y también por la reconstrucción que de la historia del boom han hecho a partir de dichos documentos y otros ya conocidos. El ensayo que comento supone una revisión de dicha historia tras el texto clásico de Donoso y otros.
Gabo y Mario, como reza el título, son los hilos conductores de esta historia del boom que tiene su verdadero punto de inflexión en el año 1971, con el caso Padilla. Si 1962, con el Premio Biblioteca Breve para Vargas Llosa por La ciudad y los perros había significado el inicio de muchas cosas, el caso Padilla significó el inicio del fin. Se rompió la uniformidad en el parecer de la intelectualidad internacional y su apoyo a la Cuba comunista. A partir de esa polémica, que evidenció los métodos de Castro, algunos intelectuales se alejaron para siempre de la ortodoxia castrista mientras otros se mantuvieron fieles, pensando acaso que toda revolución exige daños colaterales. Los que se alejaron continuaron, con el tiempo, su camino divergente, hasta posiciones casi vergonzantes, en ocasiones claramente neoliberales. Los otros también continuaron su camino, acercándose a Castro, iniciando incluso, como en el caso de Gabo, una amistad personal con el líder. Las posturas tan diferentes, que gestaron nuevos caminos, fueron agrandándose con el tiempo. Lo que al principio era una brecha acabó por ser acantilado. Desde la distancia uno se pregunta por qué las opciones medias, de crítica exigente pero apoyo al fondo inspirador de la revolución, no se dieron más a menudo. Por qué siempre el ser humano tiende hacia esos extremos que no llevan a ninguna parte.

La historia de esa amistad aglutinadora pasa por Barcelona, como se sabe. Una mujer extraordinaria, Carme Balcells, los unió en la ciudad. Carlos Barral también jugó su papel. Previamente los vínculos se habían hecho fuertes basados en la admiración. Admiración que había llevado a Vargas Llosa a escribir una tesis dedicada a la obra de su amigo colombiano. (Siempre me hizo gracia: escribir una tesis sobre la obra de tu amigo). O ese proyecto del que tanto hablaron el colombiano y el peruano: escribir un libro a dos manos a partir de la historia viva de sus dos pueblos. (En el fondo latían esos deseos por la unión federalista de todo un continente que comparte lengua y muchas tradiciones). Por desgracia el proyecto de la novela a dos manos no se materializó. Tampoco el otro, de momento.

No sólo Gabo y Mario asoman por estas páginas inspiradas. El resto de integrantes de la generación lo van haciendo paulatinamente. Donoso, Monterroso, Cortázar, Fuentes, Edwards, Bryce... Y poco a poco se va produciendo el fatal distanciamiento biográfico e ideológico. Hasta que cierto día, ya muy distanciados, ocurrió el episodio nunca esclarecido.

1976. Ciudad de México. Palacio de Bellas Artes. Gabo y Mario coinciden tras algunos años sin verse. Va a proyectarse La Odisea de los Andes, película que recuerda el caso de los jugadores de de rugby uruguayos que se estrellaron en la Cordillera y sobrevivieron a base de comerse a los compañeros muertos tras 72 días de temperaturas extremas. Gabo, antes de la proyección, se acerca a saludar a Mario que, en lugar de saludarlo, lo tumba con un puñetazo. Parece ser que el peruano acompañó su gancho con las palabras: "Esto es por lo que le hiciste a Patricia en Barcelona". ¿Qué le hizo Gabo a la mujer de su amigo en Barcelona? ¿Pronunció efectivamente Vargas Llosa aquellas palabras? Casi imposible saberlo: el episodio del gancho ("El gancho literario de aquel año bisiesto", titulan el capítulo los autores) se convirtió en pequeña mitología literaria, aunque quepa presuponer que para acabar a golpes debieron ocurrir episodios personales que iban más allá de los enfrentamientos políticos.
También se recoge en el ensayo esa pregunta descarada de la que hablaba Héctor Oliva en su libro, y de la que ya hablé en un post anterior, y que también recogió en su blog Ana Rodríguez. Gabo, Mario, Julio, Fuentes, Donoso, las respectivas esposas y algún otro deciden compartir una agradable cena en La Font dels Ocellets, un restaurante nada lujoso pero sí muy típico situado en la zona de Pedralbes (Carrer del Castellet, 6, el de la foto de arriba). Tras un intercambio de bolas de nieve de Julio el niño y su novia de entonces, porque había nevado, comienzan hablando, cómo no, de Cuba. Esas semillas de la divergencia, como las llamó la esposa de Donoso, aunque todavía no habían germinado estaban ya presentes. El camarero acudió para servirles. Nadie le atendió porque todos hablaban a gritos del tema que les exaltaba. Tras un buen rato tratando inútilmente de hacer su trabajo fue en busca del jefe que puso orden. Dio un severo grito y todos se callaron. Y el jefe les lanzó una libreta para que ellos mismos apuntaran lo que querían. Pero antes de irse quiso asegurarse e ignorando quiénes eran aquellos hombres que tenía delante preguntó muy serio, casi con un grito: "¿Alguno de ustedes sabe escribir?" Julio miró a Gabo, Gabo a Donoso, Donoso a Carlos Fuentes, Fuentes a Mario y Mario finalmente a Julio. Pero nadie contestó. ¿Acaso alguno de ellos sabía escribir? Yo, se anticipó la Gaba, yo sé escribir, no se preocupe usted. La anécdota feliz de los gritones y el camarero con prisas ha quedado en el anecdotario divertido del boom. Se recoge en De Gabo a Mario, así como otros episodios mucho menos gozosos. En síntesis, lo divino y lo humano de una generación extraordinaria de nuestras letras.
(Por cierto, y en otro orden de cosas... Llevaba años sin leer una crítica tan absolutamente entusiasta como la de Mario a las novelas de Larsson, Millenium, ayer en El Pais. Una sorpresa enorme. Uno siempre tiende a desconfiar de los grandes éxitos, yo creo que con razón. También es verdad que eso, que en realidad es un prejuicio, puede en ocasiones, no digo en esta, en alguna ocasiones jugarnos una mala pasada. Tendremos que ver.)

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dissabte, 22 d’agost del 2009

PARAULES D'AMOR (i II)

Quan el mes de maig vaig comentar el llibre Palabras de amor , un tractat sobre les cartes d'amor més destacades de la història de la literatura, vaig dir que em quedaven encara per explicar algunes històries i cartes que m'havien sorprès. Per exemple:
1- Les de Sant Bernat de Claraval a la monja Ermengarda, del segle XI. Unes cartes que sota una forma religiosa amaguen una passió molt humana. L'amor fraternal es confon amb una passió desbordada: "Entra, pues, en tu corazón y contempla el mío, y verás que te amo al menos con el mismo amor que tú sientes hacia mí, a no ser que presientas de que te amo menos de lo que tú me amas, en cuyo caso pensarás que me aventajas, porque crees que me superas en el amor. (...) Tú sabrás cómo me tienes dentro de ti; yo, para decir la verdad, nunca me separo de ti sin ti."
2- Les cinc cartes d'amor que la monja portuguesa del segle XVII Mariana Alcoforado va escriure a un noble de qui es va enamorar (bojament, pel que sembla). Carmen Martín Gaite les va traduir i en va parlar en algun article. També Guillermo de Torre. I Emilia Pardo Bazán. I Ortega y Gasset. Les cartes de la monja enamorada, que Martín Gaite considerava una fita de la literatura epistolar, han interessat gent molt diversa. Es poden llegir, després d'un interessant assaig, en aquesta adreça.
3- Simón Bolívar entra victoriós a Quito l'any 1822. Manuelita Sáenz l'observa des d'un balcó i li llança una corona de llorer que va a parar justament a sobre mateix del "libertador". Ell aixeca la mirada i la veu. A la nit es troben en un ball i ell li diu: "Señora, si mis soldados tuvieran su puntería, ya habríamos ganado la guerra a España". A partir d'aquell moment inicien una relació sentimental i ella s'acabarà convertint en "la libertadora del libertador". Manuelita, filla d'una família acomodada, havia entrat en un convent als quinze anys. En va escapar amb un amant. La família, preocupada pel temperament de la noia, la va casar amb un metge anglès. En conèixer a Bolívar marxa amb ell i abandona al marit que no para de demanar-li que torni ("No, no y no; por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que cambie de resolución? ¡Mil veces no! (...) Sé muy bien que no puedo unirme (a Bolívar) por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido?"). Fugir amb Bolívar no va ser una cosa còmoda: es va convertir en oficial de l'exèrcit del seu amant i va combatre en diferents batalles. A tothom va sorprendre la valentia i la força de la Manuelita.
4- La poeta Gabriela Mistral va iniciar una correspondència amb un poeta xilè, Manuel Magallanes. Com en un xat de principis del segle XX es van enamorar mica en mica i ell li demana de quedar. Gabriela, torturada, li contesta: "Me dices ingenuamente: Dame la dicha, dámela, tú puedes dármela. Y conmovida hasta la tortura, yo miro en mí y veo con una claridad perfecta que yo no podré dártela. Manuel, amor, mucho amor; ternura, ternura inmensa como nadie, nadie, la recibió de mí; per ni ese amor ni esa ternura te darán la felicidad, porque tú no podrás quererme. Este es el punto que tú evitas tratar y es el único que debiéramos tratar porque es el único que importa. Tú no serás capaz, interrógate a ti mismo, de querer a una mujer fea". I afegeix poc després: "Tal vez llegarás a besarme, para engañarte más que para engañarme". Sembla ser que no el va poder convèncer. Van quedar, es van veure. És fàcil imaginar el terror de Gabriela Mistral. Què va passar? Una carta posterior ens ho fa veure: "Si me hubiese creído nos hubiésemos ahorrado usted y yo este dolor. Recuerde que me dijo usted, contestando a una pregunta mía, que mis presentimientos eran verdad, que usted no me quería en el sentido hondo de la palabra. (...) Es cierto, Manuel; tengo algún orgullo y no acepto la lástima. Que se me deje sola con mi pena; soy capaz de cualquier dolor, pero me ofende la lástima, porque es un desconocimiento de la fuerza de mi alma."
5- L'amor particular de Vita Sackville-West i Harold Nicolson, casats durant 48 anys, que es van donar permís per mantenir d'altres relacions, en tots dos casos homosexuals. Vita va viure una passió fascinant amb Violet, i més tard amb una dona que la va marcar enormement: Virginia Woolf. Tot i aquestes relacions extramatrimonials sempre va ser fidel, a la seva manera, al seu marit, una amic, un germà. El fill de Vita i Harold ho va explicar fa anys en un llibre escrit amb molta delicadesa: Retrato de un matrimonio.

Hi ha més amors i més paraules. Com la història de Kafka i Milena, la dels amors de Rilke, les cartes entre Rimbaud i Verlaine, les particulars relacions cortessanes del segle XVIII, la absorvent relació entre Sartre i Simone, George Sand i Musset, o la relació epistolar més divertida, la d'Emilia Pardo Bazán i Benito Pérez Galdós. Tots dos es coneixen durant un viatge per Europa. Alemanya, París. Ella li diu: "Rabio también por echarte encima la vista, los brazos y el cuerpote todo. Te aplastaré". I en un altre moment, després d'interrogar-lo ("¿Por qué me quieres tanto, di, ratón?"): "Hemos realizado un sueño: un sueño bonito, un sueño fantástico que a los treinta años yo no creía posible. Le hemos hecho la mamola al mundo necio que prohibe estas cosas.(...) Que hayas llegado al puerto, sin peligro ni molestia, mi bien, mono, compañerito; que te acuerdes mucho, mucho, de mí, y con las mimas saudades que yo de ti; que sueñes en renovar horas tan venturosas, que vayas tramando el modo de realizarlo en compañía de tu peinetita que te besa un millón de veces el pelo, los ojos, la boca y el pescuezo."

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dissabte, 11 de juliol del 2009

LA CASA DE BERNARDA ALBA

A finals de juny vaig assistir (per cert, amb dues companyes de la feina encantadores, la María i l'Elena) a la representació que al Nacional (Sala petita) es fa (o es feia) de l'obra de Federico García Lorca. Jo hi anava amb el record tan viu d'aquella altra Casa de Lorca que vaig veure al Teatre Principal de les Rambles fa uns anys. En aquella ocasió Bieito signava la representació: no em va agradar gens (sóc dels anti-Bieito declarats), tot i que María Jesús Valdés i Julieta Serrano estaven molt bé en els papers de Bernarda i Poncia respectivament.
Aquests papers els representaven ara Núria Espert i Rosa Maria Sardà. Molt bé les dues. La Sardà és una veritable mestra de l'escena. L'Espert gens sobreactuada, fent una creació molt particular d'una Bernarda una mica més humanitzada. Enormes aplaudiments molt merescuts per a les dues, i per a la resta d'actrius (Marta Marco i Rosa Vila, entre d'altres). La direcció de Pascual res a veure amb la de Bieito: un prodigi de sensibilitat, d'elegància i de relevància textual. Per cert, sempre em va extranyar el nom del personatge masculí que no apareix en escena però que com a un símbol omnipresent, com un Godot esperat en va, ho ocupa tot: Pepe el Romano. Romano no de Roma naturalment, he esbrinat, sinó del Soto de Roma, una zona de la Vega de Granada molt propera a Fuentevaqueros.

En sortir, a més d'un excel.lent gust de boca , em va quedar el convenciment de què es tracta de la veritable obra de maduresa de Lorca (és l'última, també... la va acabar poc abans de la seva mort). Efectivament, de totes les obres de Lorca és la que demostra major depuració de l'ofici teatral, la que millor sap mantenir l'atenció de l'espectador, l'obra en què exhibeix un major domini dels recursos. Després, obviament, hi ha tota la lectura simbòlica de l'obra, sobre la castració dels sentiments, el món de les aparences i la hipocresia, els rols de gènere, etc.
Per acabar la nit, una pizza en bona companyia. L'Elena i la María es diuen com les protagonistes del debat medieval del segle XIII però les seves disquisicions són sempre molt més interessants i més intenses. Sé de la sort que tinc de tenir-les com a companyes a la feina.

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dilluns, 25 de maig del 2009

PARAULES D'AMOR

No pretenc glossar la figura de Joan Manel Serrat (qui per cert des que li agraden els toros i va a la Monumental a veure al José Tomás em cau menys bé) ni tampoc rendir homenatge a la seva cançó que tant m'agrada. Palabras de amor, en castellà, és el títol d'un assaig de José Antonio Marina que duu com a subtítol "Un tratado de los sentimientos a través de las más intensas cartas de amor de todos los tiempos". I el que promet en la portada ho ofereix en el text. Crec que en parlaré en d'altres ocasions perquè són tantes les històries d'amor de què parla que una entrada se'm fa curta. Si és cert que la poesia amorosa té sempre uns tòpics que s'acaben gastant, el mateix passa amb les cartes d'amor. I aquests tòpics no difereixen gaire dels tòpics poètics, doncs l'amor és bàsicament un aprenentatge (al menys pel que fa a la seva representació o expresió). L'amor intens i apassionat és el més carregós, el més pesat, el més repetitiu. Una passió val més la pena viure-la que llegir-la, està clar. Els tòpics desfilen un darrere de l'altre, és igual la època. Si la carta és de la il.lustració, l'amor és més galant. Si és del romanticisme, és més apassionat. Però tret de petites diferències que responen a la sensibilitat de l'època, els tòpics hi són igual. És per això que les cartes més sorprenents són, naturalment, aquelles que més han sabut fugir del lloc comú. I no és fàcil.

Quina és la primera carta d'amor que s'ha conservat? És de fa 4000 anys i es va descobrir en unes excavacions arqueològiques a l'Iraq. L'autora és una noia que celebra la visió de l'estimat (tal que fos una jarcha anticipada, aquest cop, però, sense queixa): "Novio mío, próximo a mi corazón, grandiosa es tu belleza. Me has cautivado. Novio mío, llévame al dormitorio". O, de la mateixa època, una carta d'amor a l'Antic Egipte, trobada en un papir, també escrita per una noia en forma de poema. Es curiós observar com molts anys després, en els inicis de les literatures romàniques, els mateixos esquemes de primitivisme i el mateix marc global es repetiran de forma instintiva.
"Mi querido, mi amado, cuyo amor me libera,
escucha lo que te digo:
Fui al campo donde van las aves,
llevaba un lazo en la mano, y en la otra una red y un arpón.
Vi muchas aves volando desde la tierra de Punt
cargadas de una dulce fragancia para posarse en suelo egipcio.
La primera se enredó en el cebo de mi mano.
desprendía un agradable aroma y tenía incienso en las garras
pero por tu amor, mi amado, la dejaré libre,
porque querría que tú, cuando estés lejos,
escucharas el canto del ave
ungida de mirra.
¡Qué hermoso es ir al campo cuando el corazón
se consume de amor!
El ganso grazna, el ganso que se enredó en el cebo y quedó atrapado.
Tu amor me distrajo y no pude conservarlo.
Guardaré las redes, pero ¿qué le diré a mi madre
cuando vuelva cada día sin un ave?
Diré que fallé al colocar las redes,
porque las redes de tu amor me han atrapado."

Les cartes més intenses, les que més m'han emocionat, són aquelles que perfilen un llarg recorregut. Li diu, per exemple, André Gorz a la seva dona Dorine (s'acabarien suicidant plegats l'any 2007, ja vells, doncs no concebien la vida l'un sense l'altre): "Acabas de cumplir ochenta y dos años. Has encogido seis centímetros, no pesas más de cuarenta y cinco quilos y sigues siendo bella y deseable. Hace cincuenta y ocho años que vivimos juntos y te amo más que nunca. Necesito reconstruir la historia de nuestro amor para captar todo su sentido. Gracias a ella somos lo que somos, uno por el otro y uno para el otro. Te escribo para comprender lo que he vivido, lo que hemos vivido juntos." Aquesta és una de les històries d'amor més intenses de què he sentit parlar. (André i Dorine en dues imatges, a dalt i a sota, joves i vells, junts i abraçats sempre).

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diumenge, 3 de maig del 2009

DE PROFUNDIS

Després de llegir El marqués y el sodomita, assaig que reproduia les actes del primer dels judicis a Oscar Wilde, em van agafar ganes de tornar a llegir De profundis, l'extensa carta que Wilde va escriure al seu amant Alfred Douglas des de la presó. És curiós això de rellegir obres que en el seu moment et van impactar. L'edat, el temps, creen una nova lectura, o millor, una nova dimensió que enriqueix la primera. En aquest cas la lectura de El marqués y el sodomita ha fet que entengui millor les referències de De profundis.

Epistola et carcere et vinculis, que és el títol original d'aquesta obra, ens mostra un Wilde que ho ha perdut tot. Els diners, la dona, els fills, els amics, la reputació, el nom, els editors, el públic, els bens. Ha perdut també l'amant que, des que va ser condemnat, no ha tornat a apropar-se-li. Des de la presó li escriu una carta desesperada en què s'enfronta a la veritat. És una defensa, un crit, un text patètic en algun moment. En d'altres, més assossegat, reflexiona sobre la divinitat, l'amistat, la trascendència, el sentit de la vida. Es planteja aquelles coses que una persona es planteja únicament en moments de desesperació. I d'aquest viatge en treu una llum. No la veu, no la busca, no la troba. La crea. La creació d'una nova perspectiva. També d'una nova realitat. El resultat és, en definitiva, d'una enorme coherència i integritat personals. "Tal vez salga de aquí con algo que antes no poseía. No preciso decirte que para mí las reformas morales son tan insulsas y tan desprovistas de importancia como las teológicas. Mas, si bien es cierto que proponerse llegar a ser un hombre mejor sería una hipocresía sin fundamento, llegar a ser un hombre más profundo es privilegio de los que han sufrido. Y espero haberlo logrado." (pàg.144)

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divendres, 6 de març del 2009

EL FUTURISME

Que algú pateixi un accident d'automòbil ja no és una novetat i per tant ja no propicia nous corrents artístics. El diari "El Pais", amb motiu del centenari del futurisme, recordava els casos emblemàtics de James Dean i l'artista Jackson Pollock (NY està ple de les seves pintures) morts tots dos al volant d'un cotxe. S'hi podrien afegir casos més recents com el de Diana de Gales. Però va haver-hi una època en que la velocitat començava i en què el cotxe, l'avioneta, la moto, totes les novetats tècniques, eren capaces de generar poesia.

Fillipo Tommaso Marinetti va crear el futurisme. A finals de 1908, mentre conduia el seu cotxe va patir un seriós accident. Un accident que va generar, com si d'una caiguda del cavall es tractés, una filosofia de vida. Un parell de mesos després, el 20 de febrer de 1909, ara fa just cent anys, va publicar a Le Figaro el primer manifest del futurisme. La velocitat va tenir, a partir d'aquell moment, carta d'aventura estètica.

Llegim en el manifest principis tan contundents com: "No hi ha bellesa sinó en la lluita. Cap obra que no tingui un caràcter agressiu no pot ser una obra mestra", "La literatura ha exaltat fins avui la immobilitat del pensament, l'èxtasi i la son. Nosaltres volem exaltar el moviment agressiu, l'insomni febril, la cursa, el salt mortal, la bufetada i el puny" o, d'entre d'altres, el tan conegut "Nosaltres afirmem que la magnificència del món s'ha enriquit amb una bellesa nova: la bellesa de la velocitat. Un cotxe de carreres amb el seu capó adornat amb grans tubs semblants a serpents d'alè explosiu... un cotxe brogent, que sembla que corre sobre la metralla, és més bell que la Victòria de Somotràcia".

El futurisme i d'altres "ismes" canviaran la història de l'art i la literatura. Segurament no per la qualitat de moltes de les obres amparades en aquests principis sinó per la renovació que significaran, per la nova visió que serà tan pròpia del segle XX. Cert que moltes d'aquestes idees seran després molt semblants a la dels fascistes. Com és lògic molestava més el cant a la violència que no pas el cant a la velocitat. Però, fos com fos, l'art i la cultura del segle XX no serien el mateix sense aquests moviments de la radicalitat.


El culte a la màquina i a la velocitat que es dóna en la literatura de principis del segle passat és un exemple de la influència del futurisme en les lletres. El futurisme en la pintura, que va tenir el seu propi Manifest, es va donar en un grup d'artistes que barrejen influències amb d'altres ismes i que anuncien l'abstracció. Boccioni, Carrá, Russolo, Severini o Giacomo Balla són alguns d'aquests artistes, amb algun quadre força interessant com es pot veure.
Un any després de la publicació del Manifest, en un teatre de la ciutat de Trieste, es va celebrar la primera velada futurista. Marinetti va criticar la comercialització de l'art i va defensar una visió militaritzada de la vida. Mica en mica la part estètica anava deixant lloc a la part més estrictament militar. La polèmica va ser considerable i les següents velades van ser estretament vigilades per les forces de seguretat. La influència, però, va continuar.

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