dilluns, 12 d’octubre del 2009

CONVERSACIONES

Siempre vuelves a la poesía y a las conversaciones. Si son conversaciones de poeta, más todavía. Hace unos días rescaté de ese estante olvidado un libro sobre el que no había vuelto pero que tanto me gustó cuando apareció. Y ese libro me hizo recordar otra conversación.

El libro olvidado y recuperado son las Conversaciones, es decir, las entrevistas selectas a Jaime Gil de Biedma. Publicado a principios de la década (decir del milenio da empacho) recoge una serie de entrevistas concedidas por el poeta desde 1972 hasta poco antes de su muerte. En ellas se nos muestra el Jaime Gil brusco, insolente en ocasiones, ingenioso, divertido... el que cuenta la leyenda.
Siempre ha sido un poeta preferido mío. No frecuente, porque la poesía de Jaime Gil es para ser leída en aquellos momentos en que el clima le es propicio (y la noche). Acercarse a su obra a partir de sus palabras en un verdadero regalo. ¿Por qué no se publican más libros de entrevistas? Francamente, no puedo entenderlo.

O no podía. Con motivo de la publicación de Ronda Marsé , hace casi un año, le comenté a Ana Rodríguez Fischer lo interesante que resultaría recopilar las entrevistas al escritor barcelonés. Ella podría hacerlo. Tiene tanto material de Marsé, además de una amistad con el novelista, que por fuerza tenía que resultarle fácil. Ni el premio Cervantes puso las cosas en bandeja. Los libros de entrevistas no interesan. Aunque me cueste horrores entenderlo. No se venden. Punto.

En una época en que casi ha desaparecido la típica entrevista televisiva en profundidad, en que todos los entrevistados que van a la tele han de preparar la colada o hacer una tortilla mientras contestan cuatro preguntas absurdas, en una época en que toda entrevista de la tele se ve interrumpida por un humorista que no tiene gracia a la mínima que el entrevistado decida ponerse serio, nada de ello me extraña. La dispersión, según algunos sinónimo de diversión, ha sustituido a una mínima concentración. Así nos va. En la tele, en las aulas, en el cine. El conferenciante comienza con captatio benevolentiae referida al tiempo y a la amenidad ("seré breve", "intentaré no aburrirles mucho"). Nuestros días son los de la velocidad y la superficialidad. Por eso no interesan las entrevistas a personas que tuvieron mucho que decir. Y por eso tantísimas otras cosas.

11 comentaris:

Unknown ha dit...

A mi tambe em posen molt nerviosa els programes de la televisio que son presumptament entrevistes que despres resulta que no fan ni una pregunta en condicions, sinó només numerets i enquestes al carrer. Una es pregunta per què porten convidants si no els fan cas. Enyoro els antics programes d'entrevistes, relaxats i tranquils. Fins no fa gaire feien Milenium al 33, pero ara em sembla que l'han tret.

Unknown ha dit...

Ah, hi ha un programa que ara he recordat que esta be, es del Jaume Barbera i el posen al 33 i es una entrevista a un escriptor o un music i dura, cosa rara, una hora sencera.

Unknown ha dit...

En las obras completas se suelen recopilar no solo los textos epistolares, que ahora con el furor del correo electrónico se irán perdiendo la mayoría, lo cual es una lástima, sino tambén las entrevistas recogidas en prensa. Que también se irán perdiendo, porque todo lo que comienza en la tele se acaba extendiendo.

@SusVersiva ha dit...

Ramon, salgo de la entrada de Wyoming y me sumerjo en ésta, en que te quejas de que ya ni siquiera en la tele podemos acceder a entrevistas que den de sí lo que da el personaje. Me da vergüenza ajena también ver a personajes con tanto potencial sometidos a la charada de turno.

Las últimas entrevistas con cierta gracia que he visto son las de después de emitir una película con su director /actores, etc. que hace Àlex Gorina (creo que en el 33) y, en alguna ocasión, más bien rara, en el programa Ànima. El resto pasa de largo de la persona, se queda en la anécdota y, como tú dices, en la más vulgar superficialidad. "Y por eso tantísimas otras cosas", querido Ramon. Das en el clavo!

Besos.

Anònim ha dit...

Tienes razón. ¿Quién necesita una mala entrevista a quien ha dicho lo que tenía en el papel?
A mí las entrevistas a Borges me aburren hasta las lágrimas.
Quizá porque nunca ví una hecha a la altura de su inteligencia.

Ah, medios de comunicación! qué mal global! qué época! Volver a los libros, ésa es la consigna, amigo.

PÁJARO DE CHINA ha dit...

Ramón, primero te digo que me encanta ese sol rabiosamente rojo que se descuelga del techo de tu casa. Es como el globo terráqueo que tenías antes, pero visto bien de cerca, como si se te hubiera metido dentro de los ojos.

Tu entrada ... da para tanto (tengo que ponerme al día con la de Wyoming).

¿Será que, en tiempos de imágenes aceleradas, se va perdiendo el arte de la conversación? Para conversar se necesita tiempo y hoy el tiempo se invierte en acciones que devuelvan billetes y no ampliación de las sensibilidades.

"Perder el tiempo conversando" es una expresión maravillosa. "Nos quedamos ahí, en el bar, perdiendo el tiempo, charlando".

Perder el tiempo es reconquistarlo.

Un abrazo de madrugada.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI ha dit...

Todo es superficial. No hay tiempo ni voluntad para profundizar. La imagen y la publicidad lo ha ocupado todo. El lenguaje y los usos periodísticos contemporáneos ha monopolizdo la expresión y el ritmo del presente.

De vez en cuando veo en VHS las dos entrevistas que Joaquin Soler Serrano hizo a Borges y a Cortázar. Claro, el programa se titulaba "A fondo". Cortázar, a media entrevista, enciende el enésimo cigarrillo y le dice a Soler Serrano que para continuar necesita otro whisky. Entra el regidor, coloca el vaso sobre la mesa, y Cortázar, después de dar un trago con gusto, continua explicando algunas de las claves sobre su obra... !Ahora mismo corro a ponérmela otra vez!

Eastriver ha dit...

Sonia, no he vist mai el programa del Barberà, al menys no en directe... Sí en vaig veure un a internet a proposit de la monja Teresa Forcades. Sí, és un programa interessant ,llàstima que el Jaume Barberà no em sembli un periodista gaire sagaç! Sense cap dubte el Millenium del Ramon Colom era molt millor. M'agradava molt aquell programa, però molt.

Marcos, es cierto que acabaran perdiéndose buena parte de la obra epistolar de algunos. Espero que como mínimo no tengas razón en eso de que lo que empieza en la tele continua luego en la prensa. Espero que no sea exactamente así... y que ideologías a parte quede siempre espacio para el análisis y el diálogo.

Susana, con lo maravilloso que es el tiempo gastado en la pausa y el análisis... Es exactamente lo mismo de lo que tú te quejabas en una entrada del cajón: la gente que va al campo y que en lugar de disfrutar del paisaje, del aire, el agua y los vientos no para de hacer cosas provocando en ocasiones una agresión a los montes y los ríos. Cuando digo que es lo mismo que señalo yo en mi entrada quiero decir que es un síntoma más del mismo mal. Besos

Emy, desde luego, para una mala entrevista mejor nada. Pero pienso que siempre puede surgir alguien con la sensibilidad suficiente para acercarse a la obra de alguien o para proponer lecturas, caminos y análisis. Sólo falta que se lo permitan. Porque ahí está el tema: que las leyes del mercado desaconsejan la profundidad. Así nos va.

Mariel, es cierto, perder el tiempo no es malgastarlo siempre. Sin necesidad de grandes profundidades siempre el diálogo sosegado aporta siempre algo de luz. Acuérdate de la importancia que el diálogo tenía en la antigüedad. Tienes razón en lo que apuntas. La prisa es mala consejera en todos los casos. Y sembrar o recoger requiere siempre tiempo. Besos.

Mariano José, citas A fondo y eso es citar mucho. Tiene alguna entrevista memorable. La de Cortázar, la de Josep Pla que és fantàstica... Luego otras adolecen de una menor profundidad, pero valen todas la pena, porque al menos siempre existe ese minuto en que el diálogo ilumina. Gracias a ti también por enriquecer lo que quería decir con ese excelente ejemplo. Un abrazo.

Unknown ha dit...

El ejemplo del hablador me parece muy bueno, creo que ilustra mejor que de ninguna otra forma lo que querias decir y con lo que desde luego estoy plenamente de acuerdo. Un gran programa que editaron en video y que es posible descargar sin problema por internet. Luego está otro gran programa que ya no sé si ponen que se llamaba Epilogo. Consistía en entrevistar a alguien generalmente mayor cuya entrevista emitían sólo después de su muerte. El motivo, que puede aprecer truculento, ha generado entrevista muy meritorias. Programas como estos son los que debería hacer una tele pública y no pagarle millones a la nieta de Franco por mover el culo.

Eva ha dit...

Pues a mí me divierten los programas de humor, que al menos consiguen que te desconectes y puedas respirar despues de los sin sabores del día y generales. Pero una buena entrevista relajada es muy agradable aunque no sea de gran profundidad, aunque yo prefiero las entrevistas agresivas porque si no los politicos siempre se callan cosas. Muy buena entradea para pensar sobre la television. El Wyoming no me gusta mucho, a esas horas una quiere desconectarse y no tanta politica. Muy buenas entradas, ya digo

Stalker ha dit...

Ramón:

habría que rehabilitar el género entrevista, conozco algunas muy muy buenas... algunos amigos que se pasan por Lost in Marienbad (Laura, Arturo, Víktor Gómez) hacen unas maravillosas entrevistas a poetas consagrados, de lo mejorcito que he leído en ese género... con el tiempo tienen intención de publicar un libro con las mismas, y si finalmente lo hacen ya aviso que será una obra imprescindible para conocer la poesía más interesante que hoy se hace en este país (muy alejada, por cierto, de los presupuestos estéticos de Gil de Biedma). Una buena entrevista requiere una sensibilidad extrema y sobre todo hablar desde la obra, conocer la materia prima de la que se habla. Cuando se dan estas condiciones y el entrevistador es bueno, y el entrevistado tiene cosas que decir y se siente cómodo, los resultados pueden ser increíbles...

luego está el formato explorado por los de Sopa de poetes, más que una entrevista, una conversación lúdica, sin guión preestablecido: los resultados son deliciosos...

Por desgracia, ya no existen programas como "A fondo"; algo así parece imposible en la televisión de hoy. En fin...

abrazos