Nunca un libro tuvo menos intriga. Podría haberse titulado Crónica del puñetazo anunciado. No anunciado por nadie a lo largo de las páginas sino por lo que sabemos sobre las personales y particulares relaciones entre estos dos autores emblemáticos.
Uno no lo lee por intriga alguna sino por los documentos que los autores, los profesores Ángel Esteban y Ana Gallego, han consultado, muchos de los cuales ven la luz por primera vez en este ensayo. Se trata de las cajas que custodian la correspondencia privada y otros textos inéditos de los autores del boom. Se conservan dichas cajas en la Rare Books de la Firestone Library en la Princeton University de USA. Y también por la reconstrucción que de la historia del boom han hecho a partir de dichos documentos y otros ya conocidos. El ensayo que comento supone una revisión de dicha historia tras el texto clásico de Donoso y otros.
Gabo y Mario, como reza el título, son los hilos conductores de esta historia del boom que tiene su verdadero punto de inflexión en el año 1971, con el caso Padilla. Si 1962, con el Premio Biblioteca Breve para Vargas Llosa por La ciudad y los perros había significado el inicio de muchas cosas, el caso Padilla significó el inicio del fin. Se rompió la uniformidad en el parecer de la intelectualidad internacional y su apoyo a la Cuba comunista. A partir de esa polémica, que evidenció los métodos de Castro, algunos intelectuales se alejaron para siempre de la ortodoxia castrista mientras otros se mantuvieron fieles, pensando acaso que toda revolución exige daños colaterales. Los que se alejaron continuaron, con el tiempo, su camino divergente, hasta posiciones casi vergonzantes, en ocasiones claramente neoliberales. Los otros también continuaron su camino, acercándose a Castro, iniciando incluso, como en el caso de Gabo, una amistad personal con el líder. Las posturas tan diferentes, que gestaron nuevos caminos, fueron agrandándose con el tiempo. Lo que al principio era una brecha acabó por ser acantilado. Desde la distancia uno se pregunta por qué las opciones medias, de crítica exigente pero apoyo al fondo inspirador de la revolución, no se dieron más a menudo. Por qué siempre el ser humano tiende hacia esos extremos que no llevan a ninguna parte.
La historia de esa amistad aglutinadora pasa por Barcelona, como se sabe. Una mujer extraordinaria, Carme Balcells, los unió en la ciudad. Carlos Barral también jugó su papel. Previamente los vínculos se habían hecho fuertes basados en la admiración. Admiración que había llevado a Vargas Llosa a escribir una tesis dedicada a la obra de su amigo colombiano. (Siempre me hizo gracia: escribir una tesis sobre la obra de tu amigo). O ese proyecto del que tanto hablaron el colombiano y el peruano: escribir un libro a dos manos a partir de la historia viva de sus dos pueblos. (En el fondo latían esos deseos por la unión federalista de todo un continente que comparte lengua y muchas tradiciones). Por desgracia el proyecto de la novela a dos manos no se materializó. Tampoco el otro, de momento.
No sólo Gabo y Mario asoman por estas páginas inspiradas. El resto de integrantes de la generación lo van haciendo paulatinamente. Donoso, Monterroso, Cortázar, Fuentes, Edwards, Bryce... Y poco a poco se va produciendo el fatal distanciamiento biográfico e ideológico. Hasta que cierto día, ya muy distanciados, ocurrió el episodio nunca esclarecido.
1976. Ciudad de México. Palacio de Bellas Artes. Gabo y Mario coinciden tras algunos años sin verse. Va a proyectarse La Odisea de los Andes, película que recuerda el caso de los jugadores de de rugby uruguayos que se estrellaron en la Cordillera y sobrevivieron a base de comerse a los compañeros muertos tras 72 días de temperaturas extremas. Gabo, antes de la proyección, se acerca a saludar a Mario que, en lugar de saludarlo, lo tumba con un puñetazo. Parece ser que el peruano acompañó su gancho con las palabras: "Esto es por lo que le hiciste a Patricia en Barcelona". ¿Qué le hizo Gabo a la mujer de su amigo en Barcelona? ¿Pronunció efectivamente Vargas Llosa aquellas palabras? Casi imposible saberlo: el episodio del gancho ("El gancho literario de aquel año bisiesto", titulan el capítulo los autores) se convirtió en pequeña mitología literaria, aunque quepa presuponer que para acabar a golpes debieron ocurrir episodios personales que iban más allá de los enfrentamientos políticos.
También se recoge en el ensayo esa pregunta descarada de la que hablaba Héctor Oliva en su libro, y de la que ya hablé en un post anterior, y que también recogió en su blog Ana Rodríguez. Gabo, Mario, Julio, Fuentes, Donoso, las respectivas esposas y algún otro deciden compartir una agradable cena en La Font dels Ocellets, un restaurante nada lujoso pero sí muy típico situado en la zona de Pedralbes (Carrer del Castellet, 6, el de la foto de arriba). Tras un intercambio de bolas de nieve de Julio el niño y su novia de entonces, porque había nevado, comienzan hablando, cómo no, de Cuba. Esas semillas de la divergencia, como las llamó la esposa de Donoso, aunque todavía no habían germinado estaban ya presentes. El camarero acudió para servirles. Nadie le atendió porque todos hablaban a gritos del tema que les exaltaba. Tras un buen rato tratando inútilmente de hacer su trabajo fue en busca del jefe que puso orden. Dio un severo grito y todos se callaron. Y el jefe les lanzó una libreta para que ellos mismos apuntaran lo que querían. Pero antes de irse quiso asegurarse e ignorando quiénes eran aquellos hombres que tenía delante preguntó muy serio, casi con un grito: "¿Alguno de ustedes sabe escribir?" Julio miró a Gabo, Gabo a Donoso, Donoso a Carlos Fuentes, Fuentes a Mario y Mario finalmente a Julio. Pero nadie contestó. ¿Acaso alguno de ellos sabía escribir? Yo, se anticipó la Gaba, yo sé escribir, no se preocupe usted. La anécdota feliz de los gritones y el camarero con prisas ha quedado en el anecdotario divertido del boom. Se recoge en De Gabo a Mario, así como otros episodios mucho menos gozosos. En síntesis, lo divino y lo humano de una generación extraordinaria de nuestras letras.
(Por cierto, y en otro orden de cosas... Llevaba años sin leer una crítica tan absolutamente entusiasta como la de Mario a las novelas de Larsson, Millenium, ayer en El Pais. Una sorpresa enorme. Uno siempre tiende a desconfiar de los grandes éxitos, yo creo que con razón. También es verdad que eso, que en realidad es un prejuicio, puede en ocasiones, no digo en esta, en alguna ocasiones jugarnos una mala pasada. Tendremos que ver.)
FALSO AMOR TIRANO O CORAZÓN DE PIEDRA
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Todo es mentira, simulación y falacia,
el engaño gana por goleada,
ficción y farsa rodeado de artificio,
calumnia y patraña de persona disfrazada.
Tre...
Fa 16 hores
20 comentaris:
Soy un lector de Vargas Llosa pero también estoy sorprendido con sus opiniones desde hace unos años, supongo que las puyas de tu texto van dirigidas a él por quien parece que tienes cero de simpatía. De todas formas es un narrador muy bueno, muy perfecto narrativamente, pero acaso adolece de un poco de falta de espíritu, que no sé qué es eso pero salvo algunos textos verdaderamente inspirados los otros son sólo perfectos. El artículo de El Pais alabando el best-selles del año ha sido la gran sorpresa última. Y Gabo ha vivido un poco de crear un escenario y habitarlo, y contarlo con notable maestría luego, aprovechando las influencias de la novela americana sureña, que no es poco. Gracias por la referencia del libro, que no conocía.
Qué bo que ens portis dos gran novel.listes, dos excelsos de les lletres. Desconec la part política, nomes sé que García Márquez té, per la mera aparença, molta millor entrada que no pas Vargas Llosa, que se'l veu més estirat i més donat a mirar per sobre de les espatlles. Però vaja, és una impresió. He llegit sobretot al Garcia Marquez, que té tanta força que és un plaer, i de l'altre he llegit alguna cosa que curiosament no m'ha deixat cap emprempta, i mira que diuen que son grans obres, doncs per la meva anima van passar sense deixar gaire impresió, la veritat, tret d'una novel.leta petitona que es diu Los cachorros, que la vaig començar tres vegades i la deixava perque em feia rabia per la part experimental, pero sempre hi tornava doncs intuia que tenia alguna cosa. I vaja si la tenia: una obra impresionant i molt critica amb l'educacio religiosa, una novel.leta que no nomes va deixar emprempta sino que en va deixar molta.
¡Ay Cuba, y Castro, y todo lo demás! ¡Cuánto daño se ha hecho la gente por dejarse llevar por los malos consejos de mirar la paja en el ojo ajeno de Cuba y no ver la viga en el propio de occidente.! Vargas Llosa debería haber hablado algún minuto suelto de su vida con Castro, o con algunas de las personas que arriesgaron su vida por otro modelo de sociedad, por la justicia y por la igualdad. Y ahora que hablas de Castro, permíteme recomendar la biografía a dos voces de Ignacio Ramonet.
En cuanto a Larsson y su novela póstuma, efectivamente, una gran obra. Ahora que lo ha dicho el gurú Vargas (dicho así parece un bailaor gitano), el papanatismo gafipasti patrio se lo leerá.
Marcos, sí, cero simpatía por Vargas Llosa. No puedo tenerla, no porque sea un defensor a ultranza del castrismo sino porque tampoco soy un defensor a ultranza de lo que defiende él. Menos aún, si ello es posible. Castro se ha convertido en un dictador, de acuerdo; Castro inició una purga interna lamentable ya en momentos iniciales, de acuerdo; Castro censuró, marginó y castigó opiniones y conductas que no hacían más que defender la libertad en general, por desgracia de acuerdo.
Pero ello no significa que debamos convertirnos en ultraliberales, ni que tengamos que obviar otra gran verdad: Castro echó a otro dictador en toda regla protegiéndose de los espantos de la CIA. Lástima de esa actitud tan soviética que ha tenido siempre; se nos hace muchísimo más difícil defenderlo.
Me encnta esa definición sobre la literatura de Gabo: crear un gran escenario y habitarlo. Tiene páginas memorables, claro.
Al resto os contesto luego.
Com em fascinen les històries tan imaginatives de García Márquez, tan semblants a faules orals, i no nomès les històries sinó especialment com les explica. Una rondalla de sensacions, d'instants, de veus. He buscat l'article de El Pais que esmentes i el que diu Vargas Llosa als inicis, aquesta metàfora de la novel.la com una roba amb cosits s'adiu tan bé a les novel.les de García Márquez. Recordo amb plaer moltes estampes de la seva literatura, estampes que d'altres han volgut copiar després sense tanta màgia i perfecció.
La novel.la de Millenium no he volgut llegir-la. Primer, llegeixo poca novel.la. Llegeixo literatura natural, que en dic jo: macrobiologia, vida natural, camins i recerques del jo, mandales de l'ànima. I quan llegeixo una novel.la busco que sigui un vaixell desprovist de modes i de taques i de brugit. Ara bé, és tan cert això que dius, això de que els prejudicis són sempre tan i tan perillosos, castradors, encegadors, mentides convertides en llocs comuns. Mercès per una entrada tan plena de sugerències literàries i vitals.
Sònia,vaig llegir Los cachorros fa tants anys. Era molt jove i recordo que em va fascinar, ínclús diria marcar, per aquesta lectura de la castració d'un tipus d'educació. No conec Lima però el barri de Miraflores es va convertir en un escenari molt familiar. Va ser una novel.la que em va cridar molt l'atenció. Quan, posteriorment, l'he tornada a llegir m'he adonat de la seva perfecció novel.lística, de l'enorme talent de l'autor. D'altres novel.les que he llegit de l'autor m'han agradat menys, tret de La ciudad y los perros que també era molt sorprenent. Pero amb d'altres, com La tía Julia, em passa una mica el que em va passar amb El túnel de Sábato: penso que no n'hi ha per tant (glups, ara acabo de dir una impropietat indigna...). O, ara recordo una conversa amb l'Ana Rodríguez, una mica el mateix que em passa amb les novel.les de Vázquez Montalbán: entren molt bé però els hi falta alguna cosa.
Mariano José, conozco el texto que citas y ayyyy, adolece de... jajajaja. Da igual, estoy de acuerdo contigo, mucho, en todo lo referente a Castro. Lo de la viga lo secundo plenamente. Aunque estos personajillos te dan cada sorpresa morrocotuda que no veas: yo me paso la vida defendiendo y justificando a Chávez, Mr.Venezuela, y va el tío y se a Irán, con lo fascistas que son esos, y se abraza a Admadinejah (mal escrito, lo sé, pero me da igual). Quiero decir, yo los justifico porque trato de comprender el entorno, su circunstancia, aquello contra lo que lucharon. Pero ellos no me lo ponen nada fácil, cachis!
Mariano José, otra cosa. No me digas que te has leído Millenium??? No puedo creerlo. Pero claro, es que a mí me lo recomendaba vivamente la frutera del barrio y mi vecina. No es por ser clasista, pero fueron los mismos que se morían por las aventuras de Dan Brown y El código Da Vinci, y convendremos que aquello era malo, malo, malo... ¿Cómo podía sospechar yo que Larsson, aunque me caía bien, era tan y tan y tan bueno como dice el cataor gurú Vargas? En fin, vivir para ver. Por cierto, he estado todo el verano leyéndote, no en el blog, que no lo actualizabas nada, sino los artículos de tu vida primera. Inmersión tremenda en Larra, releyendo casi todo, por culpa de un ensayo malo pero que tuvo la gracia oportuna de llevarme a releer los artículos. Te cuento en un post próximo.
Juliette, tens raó en això que dius de la faula de García Márquez. Un bon escriptor és això, un creador de faules humanes. I la novel.la un teixit de trossos de roba ben cosits. M'agrada això que dius de la literatura que llegeixes, les mandales de l'ànima... quina pau extraordinària. Molts petons.
Pues Si Ramon. Leí el primero de los tres libros meses antes de que empezase a ser un pelotazo y me pareció genial. En el blog de Ana escribí hace meses mi opinión sintetizada al respecto. Compré el libro en Círculo, y lo compré porque venía avalado por la trayectoria del autor y su compromiso con las mujeres maltratadas. Es decir, que no olía a best seller y el argumento pintaba muy bien, aunque en Suecia ya vendía con 5 ceros. Quedé impresionado y en cuanto pude leí el segundo: más impresionado todavía. El tandem Salander-Blomkvist me parece un hallazgo y toda la obra es una reinvención, ¡por fin! de la novela negra contemporánea. Es una obra honesta, trabajada y además entretenida. Es como ir al ver una exposición de Sorolla: calidad, arte, cultura al fin para todos los públicos.
En cuanto a mi mismo, pue ahí ando, un poco indignado con la biografía que ha publicado mi insigne sobrino-tataranieto (creo). Aparte de aportar algunos manuscritos inéditos y cientos de ya conocidos, es lamentable: parafrasea mi obra constantemente sin aportar nada: unas fotos de mi ropa, unos versos por allí, una citas por allí y un bienpensantismo que raya lo ridículo, como el pasaje que explica el día en que me entero de que mi padre le es infiel a mi madre con mi primer amor platónico.¡Con lo que me dolió a mí y a mamá! y lo despacha con un aquí no ha pasado nada, todos tan contentos. Por no hablar de la portada: la pistola en forma de L y a continuación arra (digno de tele 5)
Yo también ando a cuestas con mis propios artículos. La verdad es que no lo hacía nada mal: me lo paso realmente bien. En mis artículos sigo siendo inigualable, original, sincero, actual, universal, irónico,certero, honesto e ingénuo, y por mucho que diga la crítica, más ilustrado que romántico. Todo mi romanticismo se disparó el día de mi muerte. Mi romanticismo es pólvora de amor. ¡Salud! (uf!, perdona pro el rollo de hoy, pero cuando escribo y como fruta me dejo ir )
Sí, el ensayo que he leído este verano es el de tu sobrino-tataranieto que es un perla. El ensayo, muy malo, desde luego. Pero a veces a un texto malo se le pueden sacar multitud de posibilidades. Primero, El Duende satírico y El pobrecito hablador eran en realidad los equivalentes a los blogs de ahora. Segundo, entrar en la periodización de los artículos me divirtió mucho; es algo que nunca me había tomado la molestia. Situar en su momento El casarse, Modos de vivir, Este país, La fonda nueva, El mundo todo es máscaras... y tantísimos otros, organizar con ellos un juego que relacione vida, obra e historia de España. Y comencé de esta forma para pasar a los artículos de lleno, leerlos de nuevo, experiencia la de la relectura que siempre me deja al borde del camino, enormemente sorprendido (qué diferente leemos a lo largo de nuestra vida). En fin, que el mal libro ha servido para algo. Por ejemplo, si me permites una confidencia: sé ahora que Baldomera no fue hija tuya. Lo percibo claramente. De todas formas, lo mejor del libro, las cartas de viaje que yo no conocía, cartas desde diferentes rincones de España cuando va a Londres y París, realmente buenas. Nada, nada, sigue comiendo fruta.
Querido, qué inspirado artículo, una excelencia narrativa que me ha fascinado. Ordenas muy bien el material, querido, y tu narrativa es un apacible discurrir, nos llevas de la mano sin estridencias, nos llevas la maleta y nos abres la puerta del taxi. Qué delicia leerte, caro. Pero cuando esa rabia aparece nos asomas al precipicio y nos abandonas. Parece que nos digas, mirad vosotros, queridos, mirad el pavor, contempladlo. Pero al instante nos coges de la mano otra vez y sigues caminando.
Es lo que haces con Mario, pobre Mario. No tendrias que juzgarlo tan terrible, ni tú ni ninguno de tus amigos rojillos.
Pero en un artículo tan amena olvidas una gran verdad, caro, o la oscureces perversamente. Que tanto Gabo como Mario son unos Zipi Zapes muy espabilados. El puñetazo fue un treta, caro. No me cabe ninguna duda. Ellos saben mejor que nadie el valor de la publicidad. Si hasta Fidel lo sabe, cómo no va a saberlo Gabo que es infinitamente más listo.
María, después de tanto tiempo, qué gran sorpresa. Bueno, la referencia a mis amigos rojillos está de más, entre otras cosas porque ni pregunto ni me importa eso de la gente que visita el blog. Tampoco creo que el puñetazo fuera un estrategia. Igual sí, pero no lo creo. Lo que resulta un punto es lo de Zipi y Zape. Un beso.
María. Rojo, rojillo, sí. En esta vida corta, o larga, aburrida o amena, uno puede elegir. Uno puede ser también facha fachilla,burgués burguesita, binpensante biencriada, aristócrata cursi, cobarde cobardica, rosita de pitiminí, cardo borriquero, mediopensionista o interno ... o puede no ser. La cuestión es saberlo. ¿Qué eres tú? ¡Besos carisissima!
PD: Me recuerdas a la cuñada de Dolores
Respondo al chico este tan encantador. Querido, no hace falta insultar, eso para empezar. El dueño de este blog sabe que, aunque de ascendencia acomodada, soy una heterodoxa que respeto todo. Lo de rojillo era una broma encantadora que tú no has sabido entender. Es cierto que con ciertas actitudes demasiado izquierdosas no puedo, me sublevan la sangre, como las referencias a Chávez en estos mismos comentarios que, francamente Ramón, estaban de más. Pero nunca quiero entrar en polémicas, Ramón sabe que las evito siempre, en cambio siempre termino enharinada, me cuesta entenderlo. Hay aspectos ideológicos ante los que me paro y digo, ahí no te sigo, no porque no te entienda sino porque no me da la gana. Y Chávez es uno de esos puntos, o cuando por ejemplo lo izquierdoso ya se pone demasiado acentuado y subrayado. Justo medio, carísimos, no olvidéis nunca esto.
Por lo demás, al chiquillo encantador, que sepas que sigo tu blog, lo leo y lo paladeo, aunque a veces te pongas estupendo. Escribes muy bien y eres muy talentoso, muy desgarrado algunos días, y eso encaja de maravilla con mi natural teatral. Pero también un poco impaciente y un muy susceptible. De todas formas, caro, María de Venezia no se enfada nunca y te tiende la mano con afecto verdadero. Verdadero y con mucha clase.
Ramón: La generación del "boom" produjo una narrativa tan densa, diversa y alucinada que dudo que vuelva a repetirse. Tenía su contexto histórico, claro, pero una conjunción astral, sospecho, reunió espléndidamente a estas cabezas doradas bajo un mismo signo. El desafío es mayor, ahora, una vez pasada, demolida, maltratada y burlada la década del '60.
Vargas Llosa es para mí un caso singular de escritor que disfruto cuando se le suelta la muñeca y aborrezco cuando abre la boca y se mete a ensayista, que le sale pésimo porque no coordina los razonamientos y sus argumentaciones no resisten el menor análisis. No lo desprecio porque sea roja, sino sobre todo porque pretende dictar cátedra con páginas paupérrimas refutables a la segunda línea.
Me encantó tu entrada, como siempre (uno sigue entrando, entrando, y no quisiera salir, nunca).
Petons (e abracada)
Mariano José y María, calmemos los ánimos. María, lo que es extraño es que no entiendas por qué siempre sales enharinada, como tú dices. En fin, por lo que a mí respecta todo el mundo es bienvenido. Y desde luego no le pido a nadie que me siga, como tú dices.
Mariel, es tan verdad eso que dices de la década de los 60. Lo más triste es que se la cargaron los que la vivieron, metiéndose luego los unos con los otros. Por otro lado, respecto a Mario, yo no he leído muchos ensayos pero por lo poco que he leído no estoy del todo de acuerdo contigo. Para mí como ensayista no es malo, como crítico literario es incluso muy bueno. Y como novelista ya dije, muy bueno en ocasiones, correctísimo siempre, falto de alma en ocasiones (lo que dice Sonia). Besos.Y desde luego, aprobadísima en catalán, chica, jeje, tú desde Argentina has dicho ya más palabras en catalán de las que han dicho en toda su vida mucha gente que vive aquí.
El libro del qe hablas, lo ojeé. De hecho me lo llevé a Asturias en primavera con el propósito de leerlo. A ratos me interesaban ciertoas referencias o declaraciones, pero sentía que.... Y sobre Larsson, a mí también me ha chocado el paginón de Vargas LLosa (mientras que, en su día, sí me interesó más el pronunciamineto de Donna Leon),mayormente porque aparecía en unos días en que en la playa de Penarronda... todas leían esos tomos. Pero una observa a las lectoras temporales, tan diversas, y no puede dejar de sospechar que las serpientes de verano existen. Y vaya po delante mi respeto a toda persona que, hoy en día, sostenga un libro en las manos: en la playa, en el metro o donde sea. Porque son abonables. Si necesitan o quieren leer, eso es un punto. Habrá que hacer una labor de zapa -al margen del poder- para decirles que... la novela de Juan Miñana sobre la Barcelona romana es excelente, ola de Egido o la Manuel de Lope...
Como Marcos, le he tomado tanta rabia a Vargas LLosa que si conservo sus maravillosos textos es porque fueron parte de la biblioteca de mis padres.
Ha sido tan buen escritor que apena verlo tan fascista.
Del boom latinoamericano, mi ídolo seguirá siendo Carlos Fuentes.
Y Cortázar, claro, mi compatriota, que ahora está devaluado por las nuevas generaciones de lectores snobs.
Saludos.
Maria, encanto, el chiquillo tiene 200 años. Recuerdo que alguien ilustre de este pais dijo hace algunas decenas de años: "Haga como yo, no se meta en política y verá que bien le va".
¡Salud!
emeygriega, ese Cortázar tan devaluado por los snobs, es cierto y triste. Él es también uno de los míos y de tantos. Hablo de él a menudo. También lo hace Susana en el cajón de los pretextos. Y desde luego compartimos también la misma apreciación respecto a MVLL. Saludos a tu Argentina, tan nuestra también.
Mariano José, no sigas nunca esa receta de no meterte en política. Meterse no significa estar todo el día hablando de lo mismo. Meterse en política significa reservarse el derecho a posicionarse, a manifestarse, a protestar, a significarse y a luchar. Desde la altura que te dan tus 200 años sabrás mejor que nadie que quien pierde todo eso pierde en realidad su libertad. Gracias por el ímpetu, por la ironía y por no soportar a la cuñada de Dolores, que menudo estorbo la tía.
Desde luego, más que nada porque fue el golpista Franco quien dió el famoso consejo a un empresario.
¡Salud!
Ramón, sí, sí, me expresé mal. Cuando dije ensayista pensaba en sus columnas en El País, por ejemplo, pero no en sus ensayos hechos y derechos y estrictamente literarios (algo que siento últimamente es que nada es "estrictamente" literario, tendría que volver a leer otra vez y concentrarme en lo que hay entrelíneas cuando Vargas Llosa habla de literatura). Las columnas califican laxamente como ensayos, deshechos, pero siempre derechos, derechos, claro.
Petons. Molts, molts.
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