dimarts, 18 de maig del 2010

MUERTE DE UN MILICIANO (4/5): OTROS CASOS DE FOTOGRAFÍAS POLÉMICAS CÉLEBRES

Una vez establecido que la famosa foto de Capa no había sido hecha en Cerro Muriano, como durante tantos años se había creído, sino en Llano de Banda, cerca de Espejo, quedaba también establecido que el miliciano presuntamente muerto no podía ser Federico Borrell, como se sostuvo durante mucho tiempo. Borrell había muerto, efectivamente, en Cerro Muriano pero el escenario de la foto era otro. Así que no había más espacio para especulaciones.

Quedaba otra duda por despejar. Aunque no se tratara de Borrell, ¿la foto mostraba la muerte real de un miliciano o se trataba de un puesta en escena? Parecía más conveniente lo segundo pues se habían descubierto otras fotografías de la misma jornada en que aparecían el protagonista de la imagen saltando, jugando, corriendo. La tesis del montaje parecía a priori avalada. Y más si se observaba el diario de guerra que señalaba que a principios de septiembre, fecha de la fotografía, no hubo en Espejo ningún muerto. La línea del frente quedaba todavía lejos. La foto era, por tanto, un montaje y el desconocido miliciano que en ella aparece fingió haber sido alcanzado por un proyectil. En eso quedaba la foto más famosa de nuestra guerra civil.

El hecho de que Capa nunca, a lo largo del resto de su vida, quisiera hablar detalladamente sobre su fotografía más famosa podía presuponer un cierto malestar, o la voluntad de que esa pequeña trampa no se descubriese. Pero, ¿qué es el arte sino una gran mentira que acaba siendo una verdad suprema? ¿Qué es el arte sino una forma de estilización que se convierte en símbolo de la propia realidad? En la película que citaba en la primera entrada dedicada a la historia de esta fotografía, La sombra del iceberg, se habla también de la otra gran foto sobre la guerra civil española. Esta.
El fotógrafo Agustí Centelles, al producirse el intento de alzamiento del 18 de julio en Barcelona, intento que como se sabe fracasó, cogió su cámara y salió a inmortalizar los episodios violentos que se estaban produciendo en la ciudad. A la altura de la Gran Vía con la calle Lauria, donde está el Ritz (ahora Palace) oyó disparos en una de las calles cercanas del ensanche. Se dirigió hacia allí con la esperanza de poder hacer una foto excelente. Y la hizo. Pero años más tarde se supo, porque el propio Centelles lo confesó, que cuando se acercó a la calle Diputación con Bruc, lugar en que unos guardias de asalto, los de la foto, parapetados tras unos caballos muertos en un charco de sangre se enfrentaban con unos rebeldes, no pudo hacer foto alguna porque los disparos le impidieron situarse. Tuvo que escapar, como hicieron todos. Cinco minutos después, en cuanto los insurgentes huyeron, él regresó al lugar de la fotografía y se encontró con los guardias de asalto descansando tras haber vencido en la escaramuza. Les pidió que recrearan lo que había podido presenciar cinco minutos antes.

La gran fotografía de los caballos muertos no es tampoco, por tanto, real del todo. Y sin embargo se ha convertido en verdadero símbolo de las luchas callejeras. Porque todo era real: los caballos, la sangre, los guardias. Sólo que era una foto hecha con cinco minutos de retraso. Era, pues, una recreación de una verdad indiscutible.

La osadía de Centelles no acabó ahí. Llegó incluso a manipular su fotografía para darle mayor fuerza. La recortó, eliminando a uno de los guardias que restaba veracidad a la foto. Esta es la foto original antes de ser artísticamente manipulada.
También en la misma jornada Centelles pidió a uno de los guardias de asalto que se colocase parapetado tras un muro. Otra fotografía falsa que puede verse a continuación. Si el guardia estuviese efectivamente disparando ello significaría que el fotógrafo está en plena trayectoria de las balas enemigas en el momento de hacer la foto.
Centelles es un fotógrafo que me ha fascinado siempre. Pueden verse algunas de sus imágenes, estas sí, totalmente reales , en una entrada que le dediqué hace tiempo en este blog.

Otra fotografía histórica sobre la que en su momento se habló de un posible montaje me la recordó Montserrat Sala en un comentario a mi primer texto dedicado a la foto de Capa. Se trata de la izada de la bandera en Iwo Jima aunque en este caso el fotógrafo iba acompañado de un cámara lo cual facilitó las cosas y acalló la controversia. Puede seguirse la historia de esta foto en la entrada del siguiente blog. O verse el momento en el siguiente vídeo:



Otros amigos me han remitido también comentarios sobre otras fotografías célebres que no eran tan naturales como se pretendía o que habían sido retocadas. En el primer grupo está la fotografía El beso de Robert Doisneau: se supo que la pareja habían sido contratados. Ese detalle, no obstante, no le resta belleza a la imagen.
Y en el grupo de las fotografías retocadas está la imagen de Yevgeni Khaldei donde se puede ver a un soldado soviético poniendo la bandera comunista en el Reichstag. La primera imagen es la original. La de debajo la retocada. Puede verse que se ha añadido humo y que por otro lado se han borrado los dos relojes del soldado que sujeta por lo pies al que coloca la bandera. Los dos relojes eran una muestra demasiado evidente del pillaje que los comunistas hicieron en el Berlín que había perdido la guerra y, por tanto, fueron borrados de las muñecas del soldado.

El arte explica la realidad interpretándola. Desde ese punto de vista la fotografía de Capa, aunque no fuese cierta, aunque el miliciano no muriese en directo ni se tratase del enclave de Cerro Muriano, es tan verdad como cualquier otro episodio de la guerra civil. Y su fuerza resulta indiscutible.

Tras este recorrido por los misterios de la famosa fotografía sólo queda una cosa por dilucidar: ¿Se trata realmente de una imagen de Robert Capa? ¿O la hizo su amante Gerda Taro?

(Continuará)

24 comentaris:

Unknown ha dit...

Excel.lent la penúltima entrada, anem arribant a conclusions. La principal es que la mentida no és sempre el mateix que la falsedat.

Madison ha dit...

Sigo con mucho interes todas estas entrdas.
Me parecen fantásticas Ramón

Ciberculturalia ha dit...

Todo lo que nos estás contando de la fotografia de Robert Capa (aunque eso al parecer está por ver y no nos lo vas a contar hasta la próxima) y de otras famosas fotografías me está pareciendo fascinante.
Conocía algo de la fotografía de la guardia de asalto apostado en el muro, de Centelles pero no con tanto detalle. Me ha interesado mucho todo lo relativo a este fotógrafo tan mítico.
Es cierto que la belleza de esas fotos que señalas como "falsas" es indudable. Pero me crean dudas ya que el arte del fotoperiodismo, aunque en aquella época aún no se consideraba como tal, está en reflejar la realidad, eso sí, de la forma más bella posible.
Todo un debate.
Gracias por todo el trabajo que has realizado y que estás compartiendo con nosotros.
Salgo de aquí con sonrisa y animada
Un beso

MAMÉ VALDÉS ha dit...

Todos los día aprendo algo nuevo gracia a la blogosfera, muy interesante tus últimas entradas, un saludo.

Unknown ha dit...

Me han impresionado vivamente estas imágenes: el vídeo que recoje el mismo instante de una foto que yo siempre pensé que era falsa, la imagen sin recortar de los caballos, o los dos relojes en las muñecas del ruso. Me ha gustado mucho. Y respecto a lo último que dices: ya puestos, y como nada es como nos habían contado, yo voto porque la foto la hizo Gerda.

Unknown ha dit...

Culta y a la vez delicadísima entrada, atenta mirada y casos sorprendentes. Yo también adoro la fotografía en demasía, y me gusta saber los detalles. Yo ya sabía que la foto no muestra una muerte real pero no quise adelantarlo.

Montserrat Sala ha dit...

Querido amigo: Has hecho un estudio exaustivo y muy profundo sobre todas las fotos de Capa y de Centelles, sobre la guerra civil. Aunque no sean auténticas son de una belleza fuera de toda duda, y reconocidas en todo el mundo. Me atreveria a decir que las imágenes mas bonitas, no las pudo plasmar ningun fotógrafo de renombre, ni tan solo aficionado.
Sobre la foto de la izada de bandera de los yankees, es ésa, que publicas exactamente. Muchas gracias por este informe tan bien logrado y esperaré con ansia la publicaión del siguiente. Saludos.

mariajesusparadela ha dit...

Creo haber leído algo sobre ello en un suplemento del país, hace algún tiempo.
Pero prefiero que me lo cuentes tu.

Dilaida ha dit...

¡Menuda novela!Es fantástica la historia. Me parece un trabajo extraordinario el que estás haciendo y a mi me tienes intrigadísima.
Bicos

ARO ha dit...

Muy interesante, Ramón, estas entradas que le dedicas a fotografías míticas. Decepciona un poco el hecho de que algunas de ellas, que creíamos hechas en medio del peligro y el riesgo del autor, no sean absolutamente reales; pero estoy de acuerdo contigo en que la fotografía, en tanto que arte, también tiene derecho a recrear la realidad.

Jose Lorente ha dit...

Me está encantando.
La fotografía periodística debería ser real, sin trampas. La artística admite manipulación si el objetivo es la belleza, pero nunca el engaño.
Entiendo que Centelles no pidió a los guardias que posaran de forma artificiosa; trató de recrear lo más verídicamente posible lo que sus ojos acababan de ver cinco minutos antes. Igual que el miliciano en el cerro. Eso estaba pasando de forma semejante al mismo tiempo en parajes similares. La foto, por tanto, es real. Lo irreal sería verlo jugando al mus con sus compañeros sentados en butacas Luis XV dispuestas ordenadamente sobre el pasto mientras las balas les silbaban alrededor.
Espero la 5/5.
Un abrazo.

Unknown ha dit...

Me gusta mucho esta entrada. He descubierto cosas que no sabía: lo de los dos relojes, el vídeo que atestigua que es verdadera la de la bandera, o la foto del beso delante del ayuntamiento de París. Sí que sabía la de los caballos de Centelles, por todo el lío reciente que ha habido en Catalunya sobre el legado. He disfrutado mucho.

Antonio ha dit...

Yo pensaba que era de Capa, pero ahora prefiero que me lo aclares tú. Interesante exposición cargada de intriga.
Un abrazo

María ha dit...

Querido, completo tu repaso fascinante. Y supongo que estarás feliz al ver que tu amiga María de Venezia asoma dicharachera en tu ventana. No pienses que me ausenté de forma definitiva, caro, sólo es que no paro como es costumbre mía. Viajo mucho porque me lo puedo permitir, como bien sabes, y cuando estoy aquí, carísimo, paro poco en casa. Pero siempre encuentro un momento para leeros y a veces, si estoy de humor y me inspiráis, escribo. Un abrazo, querido.

Culturajos ha dit...

Me quito el sombrero Ramón ante estas entradas. Me parecen muy interesantes y las estoy siguiendo con mucho interés. Esperaremos con impaciencia al último número de la serie. Gracias por compartir estas cosas.
Un abrazo.
Fumador.

Mercedes Pinto ha dit...

Así que estaba posando, no era Borrell y tampoco estaba en el Cerro Murciano... Lo cierto es que la fotografía es buenísima, como las demás, aunque también tenga su mentirijilla detrás.
Nos estás trayendo unos posts buenísimos. Gracias.
Un abrazo.

RGAlmazán ha dit...

Desmontando mitos. Verdaderamente un trabajo fascinante que nos hace entran en las entrañas de la historia. Esperamos la quinta y última entrada.

Salud y República

Anònim ha dit...

Ramon...muy interesante este recopilatorio...
precisamente he leido un articulo de hace años sobre la manipulación burda de al menos dos fotografías sobre el encuentro del dictador Francisco Franco con el führer, Adolf Hitler, el 23 de octubre de 1940, en Hendaya, la única cita entre ambos, en plena guerra mundial.

A este paso nos va a costar creer a ciertos cronistas de secuencias belicas...
no te digo nada hoy en dia con el "photoshop"...las virguerias que se pueden hacer....
Aunque sea de otro tema visita si quieres este blog en ingles-frances...y verás en carteles de cine lo que se hace con trucaje de fotos...es interesante:

http://endupliquant.blogspot.com/

Recibe un saludo.

Hada Isol ♥ ha dit...

Eso es el arte una manera de expresar un sentimiento,un instante en la vida,el fotografo al igual que el pintor toma de la realidad algo y lo muestra desde su ojo,desde sus fantasias,desde su creatividad,me causó gracia la foto tomada cinco minutos después que cosas! es todo real porque los caballos están alli bien muertos y sin embargo no vale lo mismo al saber que posaron.
Si la imagen sea o no real sirve para algo bueno pues em encanta,ya que una imagen llega mucho,si transmite ideales justos y nobles me gusta igual ahora si esta foto es una bruda mentira y sirve para causas que no aportan nada bueno a la humanidad pues me fastidian,te mando un abrazo,me encantó como escrbiste este post,me gusta tu estilo y tu forma de ser,es un gusto ser tu amiga! te mando un abrazo grande!

Mercedes Thepinkant ha dit...

Una de las cosas que más me gusta es tu modo de exponer el tema. Sin prejuicios, sin ponerte a favor ni en contra. Ecuanímidad imprescindible en este mundo loco en el que todo es: o blanco o negro, o bueno o malo. Pues no, señores juzgadores de lo injuzgable. Las cosas son, sin más. Debemos aprender a ver con los ojos del alma, los únicos que no juzgan ni acusan jamás.
El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
Ufff!!! me ha quedado esto un poco pedante, ¿no?
Un beso

Maripaz ha dit...

Como te lo estás currando Ramón...me parece algo muy interesante toda la historia de la foto de Capa, y ahora añades varias más.

Me tienes fascinada!!

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI ha dit...

...porque la fotografía de Capa es un icono de la derrota, del sacrificio vano, de la muerte sin memoria. Por eso soy republicano, porque las causas que valen la pena son las causas perdidas. Esa fotografía va más allá de su autenticidad, de su valor histórico, de sus trampas. El miliciano que muere con las alpargatas de combate puestas en un cerro español es la misma II República y es tan representativo de ella como la tricolor o el himno de Riego.

Además Ramon, lanzas en la entrada de hoy un apasionante debate. Dices que el artista tiene derecho a manipular para lograr su objetivo, y yo estoy de acuerdo. Pero el tema es ¿un reportero de guerra es un artista? ¿Sus fotografías son arte? ¿es arte la fotografia del buitre acechando al niño de Biafra que acabó con el suicidio del autor? ¿la fotografías de Sebastiao Salgado son arte? ¿no es indecente exponer la miseria convertida em arte en un museo para solaz del público?...

¡Salud Ramon, y enhorabuena por la serie!

Isabel Martínez Barquero ha dit...

Me tienes fascinada desde un principio. ¡Qué rigor el tuyo! Y la intriga que has creado es espectacular.
Un beso.

PACO GÓMEZ ha dit...

Salud y libertad.
Paco